A 100 años de su fundación, el Carnaval de Xonaca sigue siendo uno de los hitos culturales del sincretismo del mundo indígena y occidente, donde el uso de las tradicionales máscaras ha sido uno de los factores de identidad más importantes de esta manifestación cultural, explicó Roberto Alvírez Castañeda, integrante de una de las cuadrillas de Huehues del barrio.
Este año, el Carnaval de Xonaca, de las manifestaciones artísticas y culturales más populares de la capital, en los que sus Huehues han representado en las calles de este barrio la eterna lucha entre el bien y el mal, entre Dios y el Diablo, con lo cual los colonos han formado una gran tradición con el paso de las generaciones, que siguen involucrándose en los rituales de esta tradicional zona de la capital de Puebla.
EL SIGNIFICADO
Sobre los símbolos que desfilan en el Carnaval y su significado, Roberto Alvírez, con toda la emoción que un Huehue puede proyectar, explicó que hace algunos años, con colonos enfocados en este fenómeno social, realizó una tesis para registrar su historia con datos etnográficos de esta fiesta.
Detalló que, en esta representación, se junta la parte pagana de la fiesta carnavalesca con la religión, con la entrada de la cuaresma.
“De hecho, en estas partes entre el inicio y el fin del Carnaval, da entrada a esa celebración de ritos, de la comicidad y la teatralidad de todos los actores y bailarines que participan en el Carnaval, por eso estamos emocionados con el 100 aniversario del Carnaval”.
En cuanto a la identidad específica del Carnaval de Xonaca y su aportación al resto de las festividades de la ciudad, Alvírez Castañeda detalló que, tanto a nivel físico como del universo simbólico en el que se desarrolla la festividad, destacó el uso de las máscaras.
Explicó que, pesar de que se mandan a hacer a Tlaxcala y otras regiones, “las máscaras aquí se destacan porque son una manera simbólica, porque está La María, está la Verónica, las máscaras con barba, que se les mueven los ojos, son ojos azules, traen a veces en la dentadura un diente de oro o uno de plata”.
Añadió que además de las máscaras, también son distintivos de Xonaca, las franjas y los colores del mundo prehispánico y mesoamericano.
“Ya sea la pirámide de Chichén Itzá, ya sea el Dios Jaguar o la Virgen de Guadalupe y alguna combinación entre los rituales de los dioses antiguos, como Tlaloc, y se asocian al volcán Popocatépetl, esa es la exclusividad y la importancia de porqué creemos que resaltamos en el Carnaval en el Barrio de Xonaca, porque se junta el simbolismo de códigos”.
Como otro factor identitario, detalló que hay una cuadrilla representativa de todo el barrio que sale a bailar el día de la Candelaria, afuera de la iglesia del mismo nombre.
CENTENARIO
Indicó que actualmente hay cerca de cinco cuadrillas de Huehues en el Barrio de Xonaca, como La Arrolladora, La Xonaquera y Juventud y Experiencia; sin embargo, puntualizó que la Cuadrilla de la 26 Oriente “es la madre de todas, por eso es importante reconocer el trabajo de la Comisión Organizadora, que ha dado continuidad a los procesos de cultura y difusión”.
Recordó que el domingo 11 de febrero se organizó el inicio de la edición 2024 del Carnaval de Xonaca, en tanto que el pasado martes 13 se dio “la famosa quema de la cola del Diablo, que es un ritual simbólico“.
Como parte de la edición de este año, Alvírez Castañeda resaltó que lo principal que se está haciendo “es rescatar la realidad colectiva de los viejos Huehues, quienes son los que marcaron la pauta de la tradición, a partir de los años 20 y 30 del siglo pasado”.
Después llegó una nueva generación a partir de los años 50 y 40, de la cual dijo se encontraron archivos del Ayuntamiento, de los permisos que se otorgaron en los años 50.
Abundó que, posteriormente en los años 70, a pesar de los conflictos estudiantiles, la tradición de los Huehues se acentuó hasta los años 80, cuando se consolidaron los carnavales en la ciudad de Puebla.
Ya para los años 90, comenzó la labor historiografía de colectar fotografías y testimonios para realizar una memoria histórica, donde el Barrio de Xonaca se juntó con el del Alto para tal fin, ya que ambos lugares tienen una tradición similar e igual de antigua.
Detalló que, a lo largo de los años, han sido dos cuadrillas históricas que siempre han mejorado en la calidad y la elegancia de sus bailes y los vestuarios, entre ellas la 26 Oriente.
Indicó que el Carnaval representa la lucha antagónica entre el bien y el mal, explicó que “en el Carnaval, en el plano simbólico, se funda lo bueno, pero también se funda lo malo, esto quiere decir que la vida va guiando toda la cosmovisión, cultura, y bailes representan el bien, pero nunca falta el maligno, el que achaca con el humor, la teatralidad, travesuras y bromas; el Diablo se encarga de hacer malicias a la gente del barrio; se para el Diablo en medio de una calle y puede teatralizar que se está robando un auto”.