Muy lejos del trabajo de unidad que se supone que debe hacer y que falsariamente enuncia en sus discursos, el diputado federal y aspirante al Senado, Moisés Ignacio Mier Velazco, azuza una rebelión contra Alejandro Armenta, Morena y sus partidos aliados para “quebrar” -aseguran varias fuentes- al movimiento lopezobradorista en Puebla.
Lo hace en revancha porque no hubo candidatura a diputación local de mayoría relativa para su hija, Daniela Mier Bañuelos, y para presionar a que le den una plurinominal, aseguran.
Para ello, utiliza a personas que se sienten defraudadas con la designación de candidaturas, pero qué lejos están de advertir “que son carne de cañón” de los intereses personales del también derrotado aspirante a la gubernatura.
A través de un comunicado, que con cobardía evita la identificación de los emisores, se condenan las supuestas “imposiciones, cacicazgos, dedazos y compadrazgos” en el otorgamiento de candidaturas a los distritos electorales federales y locales y alcaldías.
También se critica que “no se tengan claras las transparencias de las encuestas” y, muy específicamente, se refiere a los municipios de Atlixco, Atempan, Zaragoza, Teziutlán, Acatzingo, San Pedro Cholula, Tepeaca, Huauchinango, Zacatlán y Quecholac.
Son los morenonachistas, en rebeldía, azuzados por el propio Moisés.
A ver, ya que se habla de encuestas e imposiciones, ¿por qué no revisar la que dio la candidatura al anodino Carlos Ignacio Mier Bañuelos, el peor alcalde en la historia de Tecamachalco que, sin embargo, va a una diputación federal con altísimo riesgo de que naufrague Morena? Ah, porque es el hijo de Moisés.
El comunicado de los rebeldes artificialmente demanda “congruencia y compromiso”, y con ínfulas de chantaje, llaman la atención al candidato a la gubernatura, Alejandro Armenta.
El movimiento que azuza Moisés Ignacio, y él mismo, pretende dar un beso de Judas al lopezobradorismo poblano. Un roce de labios ensalivado que promete fidelidad y cariño, pero que en realidad busca descarrilar a Morena o intenta hacerle el mayor daño posible.
El domingo llega a Puebla la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo y el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, Mario Martín Delgado Carrillo.
Hay un abultado expediente con nombres, fechas y pruebas del traicionero beso. En casi todas las páginas aparece el nombre del candidato de primera fórmula al Senado de la República, Moisés Ignacio.
Más ataques con mano morenonachista
El comunicador José Tomé Cabrera, del equipo del candidato a la gubernatura, fue víctima de un intento de extorsión y chantaje, de la construcción artificial de una campaña negra, como las han amenazado hacer personajes cercanos, por cierto, al diputado Ignacio Mier Velazco.
Personajes anónimos, pero que fácilmente se pueden identificar, pretenden o pretendieron, crearle una campaña de desprestigio para acusarlo de violento y deudor alimentario.
Por supuesto, todo es completamente falso. José, Pepe Tomé, es de sobra conocido como un padre ejemplar y una persona sin mácula.
Qué coincidencia que el intento de ataque llega precisamente luego de la evidencia de un acto partidista que pudo haber fracasado, si se hubiera dejado en manos del equipo de Mier.
Otros colegas nos vimos repetidamente amenazados, en los días previos a la definición del candidato a la gubernatura, muy directamente por colaboradores y familiares de Moisés Ignacio Mier Velazco que enviaron “mensajes”.
“Vete de Puebla… Te vamos a meter a la cárcel… Si no tienes delitos, te los fabricamos… Te vas arrepentir”, fueron frases que enviaron desde el cuartel de Moisés Ignacio, incluso a directores de medios nacionales. Hay denuncias, pero de eso no puedo abundar.
Mi solidaridad con Viridiana Lozano Ortiz y con Gerardo Ruiz. Todos vivimos días de combate, por publicar que Alejandro Armenta iba arriba y que ganó la encuesta.
No hay olvido. Tampoco salimos huyendo, ni nos dejamos amedrentar.
Es tan parecido a ese modus operandi lo que se intenta contra José Tome. Un abrazo.