El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consideró ayer “absolutamente inaceptables” las explicaciones israelíes sobre la muerte de siete cooperantes en un bombardeo en Gaza, aumentando la presión internacional sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu.
Los cadáveres de los seis cooperantes de la ONG estadounidense World Central Kitchen (tres británicos, una australiana, un polaco y un canado-estadounidense) fueron entregados a diplomáticos en Egipto, para ser repatriados a sus respectivos países. La séptima víctima, palestina, fue enterrada al sur, en Rafah.
Israel asumió la responsabilidad del bombardeo del lunes en Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza, pero el jefe de Estado Mayor, Herzi Halevi, aseguró que se trató de un “grave error” que se produjo “tras una identificación en condiciones muy complejas”.
El presidente israelí, Isaac Herzog, pidió “disculpas” y el primer ministro ultranacionalista Benjamin Netanyahu indicó que se trató de un “trágico incidente”. Sánchez consideró esas explicaciones “absolutamente inaceptables” e “insuficientes”.
Sus declaraciones incrementan la presión sobre Israel por parte de organizaciones internacionales e incluso de sus propios aliados para garantizar la protección de la población civil en la ofensiva que lanzó contra Hamás desde el 7 de octubre.
Violencia también en Haití
Las pandillas que controlan gran parte de Puerto Príncipe asaltaron ayer la Biblioteca Nacional de Haití, según informó su director general, en un nuevo episodio de violencia en el país caribeño que espera el nombramiento de sus autoridades de transición.
“Nuestros fondos documentales están en peligro. Tenemos documentos raros de más de 200 años y de importancia patrimonial que corren el riesgo de ser incendiados o dañados por bandidos”, alertó Dangelo Néard, para quien el ataque representa un duro golpe contra el pensamiento haitiano.
Los grupos armados también atacaron y saquearon los locales de la Escuela Nacional de las Artes y de la Escuela Normal Superior en la última semana.
“Estos actos de vandalismo (…) contra las instituciones de enseñanza del país tienen consecuencias devastadoras para el futuro de la sociedad haitiana”, condenó ayer la Unesco.
Tras varios días de disminución de la violencia, las pandillas retomaron los asaltos en varios barrios de la capital, Puerto Príncipe. Los haitianos tienen que lidiar cada día con la escasez de comida, medicamentos y otros productos básicos.
(con información de AFP)
Por: Redacción 24 Horas