Cada año, desde al menos 2006, el gobierno de Estados Unidos, a través de su Comunidad de Inteligencia, publica un informe titulado “Evaluación de Amenazas” (Annual Threat Assessment Of The U.S. Intelligence Community). En esta ocasión – el informe 2024 recién publicado –, recurrimos a él desde una perspectiva distante, conscientes de que el catarro del vecino puede causar neumonía en México. Además, desde una mirada coyuntural, estamos a punto de culminar un proceso electoral que, independientemente del candidato que triunfe, tendrá que lidiar de manera natural e inevitable con su vecino del norte y sus preocupaciones estratégicas.
Porque hoy, como ayer, sigue vigente el dicho falsamente atribuido al General Porfirio Díaz, pero prístino y certero en su diagnóstico: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.
¿QUÉ PREOCUPA A ESTADOS UNIDOS?
El informe identifica varios actores estatales y no estatales que representan amenazas significativas para Estados Unidos, principalmente China y Rusia.
China busca superar a Estados Unidos en términos de poder nacional integral y establecerse como la potencia dominante en Asia Oriental y más allá. Las políticas de Beijing, que incluyen la modernización militar y el impulso a la autosuficiencia tecnológica, están diseñadas para reducir la influencia de Estados Unidos y fomentar un orden global más favorable a sus intereses autoritarios.
Por su parte, Rusia, con su prolongada guerra contra Ucrania y sus intentos de socavar el orden internacional basado en reglas, representa una amenaza constante. A pesar de enfrentar sanciones y aislamiento económico, Moscú sigue fortaleciendo sus relaciones con China, Irán y Corea del Norte para contrarrestar la influencia occidental.
El informe destaca amenazas transnacionales como el crimen organizado, el terrorismo, el cambio climático y la proliferación de tecnologías disruptivas. Estas amenazas tienen implicaciones directas para México, en tanto vecino y socio estratégico de Estados Unidos.
Implicaciones para México:
1.- Relación Comercial y Económica: La rivalidad económica entre Estados Unidos y China tiene repercusiones directas para México. Con el T-MEC, México se ha beneficiado del comercio con Estados Unidos, pero la desaceleración económica china y las políticas de Beijing para reducir su dependencia tecnológica podrían afectar las cadenas de suministro globales, impactando sectores clave en México como la manufactura y la tecnología.
2.- Crimen Organizado y Narcotráfico: Este es un problema compartido. Los cárteles mexicanos no solo afectan la seguridad interna de México, sino que también representan una amenaza significativa para la seguridad estadounidense, especialmente en términos de tráfico de drogas y armas.
3.- Cambio Climático y Migración: Las implicaciones del cambio climático, como desastres naturales y crisis alimentarias, pueden exacerbar la migración hacia el norte. México, como país de tránsito y destino, deberá gestionar estos flujos migratorios mientras colabora con Estados Unidos en políticas de adaptación y mitigación.
Para enfrentar estas complejas dinámicas, México debe adoptar una estrategia multifacética:
1.- Fortalecimiento de la Cooperación Bilateral: Intensificar la colaboración en seguridad y economía con Estados Unidos, incluyendo iniciativas conjuntas contra el crimen organizado y estrategias para gestionar la migración de manera más humana y efectiva.
2.- Inversión en Innovación y Tecnología: Para competir en un entorno global cada vez más tecnológico, México necesita invertir en educación, innovación y tecnología. Esto no solo mejorará su competitividad económica, sino que también fortalecerá su resiliencia ante las amenazas transnacionales.
3.- Políticas Ambientales Sostenibles: Abordar el cambio climático con políticas nacionales robustas que también consideren la cooperación regional. Esto incluye la promoción de energías renovables y la implementación de prácticas sostenibles en la agricultura y la industria.
En conclusión, desde las antípodas analizamos el informe mencionado y el panorama de amenazas globales descrito por la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos subraya la necesidad de que México permanezca vigilante y proactivo. La cooperación estratégica con Estados Unidos, junto con una política exterior equilibrada y una agenda interna de desarrollo sostenible, debe posicionar a México para enfrentar los desafíos geopolíticos del siglo XXI.
Por: José Ojeda Bustamante