Desde España, el expresidente de México, Felipe Calderón, se lanzó contra el electorado, porque “se dejó comprar” por los programas sociales de la 4T. Ahora resulta.
Pero no sólo eso, se fue con todo en contra de los dirigentes de la casi disuelta alianza opositora, conformada por el PRI, PAN y PRD. ¿Qué les achacó? Haberse puesto en los primeros lugares de las listas plurinominales, o sea, agarraron hueso. Salvo el perredista, que ni puesto ni partido tiene.
Y en el colmo de su desvarío, digno de la derecha más recalcitrante, afirmó que la 4T va a desaparecer ¡todo!, para llenar esos espacios con candidatos populistas.
Desde patria ajena, sin nada que perder, el exmandatario (que “ganó” la Presidencia con 0.56% de diferencia contra AMLO) lanzó la piedra sin ver que tiene muchos pecados que cualquier político en México (y muertos en el clóset). Es bien fácil tirar veneno y lanzar críticas.
¿Será?
Sobre Assange
Ahora que Julian Assange volvió a ser el abanderado de la libertad de expresión, celebramos su puesta en libertad, pero creemos, también, que se generó un peligroso precedente: aceptar culpabilidad de un delito de espionaje no hace más que declarar que la transparencia en los gobiernos no se puede tocar, no se puede criticar y no se debe exponer.
Es decir, si cualquier periodista en el mundo que intente siquiera escudriñar en el dark side de gobiernos o de empresas, será objeto de persecución, acoso y desdeño. No es una tesis, basta ir a lo que publicaron los medios mainstreams para saber qué pasaría. Por eso es el poder. No tendría que ser así, coincidimos.
Sólo que, en esta realidad, las cartas ya se pusieron en la mesa. Podrán hackear, pero no divulgar, y si lo haces, so pena de cárcel, tu vida, literalmente, acabará. ¡Ostia!, dirían en la Madre Patria. Y sí, pasa aquí y en China.
¿Será?
La lluvia atonta
En un país en el que las licencias de manejo se dan a diestra y siniestra, sabemos que cuando caen las primeras gotas de lluvia, hasta los más duchos se atontan (por decirlo de manera bonita, sí, es horario familiar y somos decentes).
En Puebla, como en muchas zonas de la República, hay personajes que se sienten Verstappen, Alonso o Checo Pérez, pilotos de Fórmula 1, a la hora de manejar un automóvil. Solamente que son peores que conducir los carritos chocones de las ferias.
Si usted sabe cómo se pone el Periférico Ecológico en un día de lluvia, sabrá de lo que hablamos. Aparte de que es similar a manejar en hielo, todavía adustos conductores, y conductoras, corren como si les pagaran por ello, hasta que se embarran con lo que tengan enfrente.
Por eso no sorprenden las cifras del ayuntamiento de Puebla, las cuales arrojan que los accidentes viales aumentaron con el primer chipi-chipi. Así que bájenle a su corazón de Toretto y aprendan a manejar.
Ah, y también, unas clases de respeto no les vendrían mal, con repartir mentadas madres no se avanza más rápido.
¿Será?
Una trivia más antes del fin
¿Quién es el personaje que anda moviendo los hilos en la derecha más rancia, la poblana, que quiere sacar raja política de los conflictos entre panistas, quienes tienen varios frentes abiertos, como en San Pedro Cholula o contra el IEE, y echa andar a munícipes y diputados con tal de cumplir sus caprichos y apropiarse de lo que queda del PAN? Pistas.
No, no ha estado en la cárcel. Sí, sí tiene lana. Sí, sí ha transitado por varios sexenios. Sí, sí ha perdido elecciones. Participó en el proceso comicial inmediato anterior.
¿Será?