Después de rechazar el incremento global de 10.59 por ciento, esta semana comenzará la renegociación entre el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAVW) y representantes de la armadora; sin embargo, de no lograr un nuevo acuerdo, el 9 de septiembre podrían estallar la huelga en la planta.
El pasado 30 de agosto, bajo la supervisión de personal de Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral y quejas porque las boletas no estaban bien foliadas, el SITIAVW recibió un total de 6,863 de votos, de los cuales 18 fueron anulados; de los 6,845 sufragios contabilizados 3,020 fueron a favor y 3,825 rechazaron la propuesta de incremento global de 10.59 por ciento dada por la armadora.
En comunicados diferentes, el Hugo Tlalpan, Secretario General del Sindicato, dio a conocer los resultados de los votantes, mientras que la Volkswagen lamentó que su propuesta de incremento de siete por ciento directo al salario haya sido rechazada y aseguró “disposición para retomar las mesas de diálogo con la representación sindical, tan pronto como las autoridades competentes lo instruyan, con base en los procesos que establece la ley”, emitió la armadora alemana.
Será esta semana que inicia cuando se retomen las mesas de diálogo para renegociar el incremento salarial y de prestaciones para los trabajadores, teniendo como fecha límite para tener un acuerdo el ocho de septiembre, de lo contrario, los sindicalizados podrían comenzar una huelga el nueve de septiembre.
En este tenor, el secretario de Gobernación Javier Aquino Limón hizo un llamado a los trabajadores del sindicato y a la armadora para lograr un acuerdo y que se evite llegar al paro de actividades, ya que eso impactaría a la economía del estado.
“Todos sabemos la importancia que tiene Volkswagen en nuestro estado y necesitamos que haya un ambiente cordial y que pueda haber un acuerdo salarial”, declaró el funcionario estatal.
Cabe recordar que el preacuerdo salarial contemplaba un incremento global de 10.59 por ciento que proponía siete por ciento directo al salario y 3.59 por ciento a las prestaciones; en tanto, lo cual difería de la petición inicial de los trabajadores que era del 24 por ciento.