La ofensiva en el este de Ucrania alcanzó nuevos niveles de intensidad. Rusia incrementó sus bombardeos en la región, particularmente en Sumy y Donetsk, mientras Ucrania avanza en su estrategia para contrarrestar los ataques rusos.
El gobierno de Kiev reportó la muerte de dos civiles en Sumy debido a un ataque aéreo ruso, con otras cuatro personas heridas, incluyendo dos niños. Además, dos mujeres perdieron la vida en un ataque con cohetes en una aldea cercana a la línea del frente en Donetsk.
Kiev, buscando crear una “zona de amortiguamiento” en la frontera, lanzó una ofensiva en la región de Kursk el pasado 6 de agosto. El objetivo es presionar a Rusia para que reubique sus tropas, que actualmente están avanzando en varias zonas del este ucraniano. A pesar de los esfuerzos ucranianos, Moscú logró avances significativos, incluyendo la toma de Novohrodivka en Donetsk, un área estratégica cerca de Pokrovsk, vital para el suministro ucraniano.
El presidente ruso, Vladimir Putin, subrayó que la captura del Donbás, incluida Donetsk, es una prioridad para Moscú. En respuesta, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó a sus aliados occidentales a permitirle utilizar armas suministradas contra objetivos en territorio ruso. Mientras que el nuevo canciller ucraniano, Andrii Sibiga, afirmó que el derecho internacional respalda estos ataques a objetivos militares rusos.
Por su parte, el canciller alemán Olaf Scholz, al destacar el compromiso de su país en el apoyo a Ucrania, sugirió la necesidad de llevar a Rusia a las negociaciones. Sin embargo, Moscú rechazó las propuestas de paz que incluyen la retirada de sus tropas. Capturar el Donbás es el “objetivo prioritario” de Moscú, respondió Vladimir Putin.
Mientras tanto, el conflicto causó un aumento en el número de víctimas, con la reciente muerte de tres personas en Poltava, elevando el total de muertos a 58. Además, un dron militar ruso se estrelló en Letonia, generando preocupación en la OTAN sobre el incremento de incidentes en su flanco oriental.