Izúcar de Matamoros enfrenta una creciente tensión social tras el cierre del rastro municipal, que dejó a los carniceros sin actividad y a varios cerdos sin alimento desde el pasado jueves. Esta medida se suma al paro de actividades de los empleados del ayuntamiento, quienes exigen soluciones a las irregularidades en la gestión de la alcaldesa Irene Olea.
El conflicto escaló el domingo 29 de septiembre cuando empleados de Servicios Públicos denunciaron haber sido retenidos ilegalmente en un lugar conocido como “La Cueva”. Según relatan, una docena de trabajadores fue encerrada con candado por un individuo que posteriormente escapó. Este incidente ha llevado a los afectados a considerar acciones legales.
Los empleados reclaman el pago inmediato de su aguinaldo y cuestionan a Olea sobre el destino de un presupuesto de 134.1 millones de pesos destinado a Servicios Personales, del cual ahora se argumenta que no hay fondos disponibles. La situación se agrava con el acumulamiento de basura en las calles de Izúcar de Matamoros, tras cinco días sin recolección, lo que genera focos de infección en la vía pública.
Hay que recordar que, elementos de seguridad pública, el pasado jueves, se manifestaron frente al palacio municipal, demandando que la alcaldesa abone 60 días de aguinaldo y la primera quincena de octubre antes de concluir su mandato. La preocupación entre los trabajadores es palpable; temen que el nuevo alcalde, Eliseo Morales Rosales, no cumpla con sus obligaciones y retenga el dinero que les corresponde.
Se espera que, en los próximos días, los paristas, junto con las autoridades municipales y el gobierno estatal, establezcan una mesa de trabajo para abordar las demandas de los empleados. Actualmente, solo las áreas de policía municipal, vialidad, protección civil, rastro y servicios públicos están en paro, pero la creciente insatisfacción podría provocar una mayor movilización social si no se llegan a acuerdos satisfactorios.