Jesús Pérez Romero iba pasando por Tlatelolco en el 68 y fue detenido

Con tristeza y preocupación es como Jesús Pérez Romero recuerda la matanza de Tlatelolco de 1968, en la que fue detenido después de que pasó por casualidad a la Plaza de las Tres Culturas cuando se realizaba el mitin de estudiantes.


“Yo nunca imaginé que en mi país fuera a pasar algo como eso, sin embargo, sí pasó, me da tristeza porque yo no pensé que eso pasara entre los seres humanos, y sí los intereses son fuertes, y me da preocupación por el futuro del mundo”, externó.


El atlixquense narró que el 2 de octubre iba a recoger sus lentes y debido a que estaba tomando fuerza el movimiento de los estudiantes, se acercó por curiosidad para escuchar el discurso.


“Era estudiante de la universidad y trabajaba, no estaba ligado al movimiento, pero vivía en la ciudad de México y tuve la mala suerte de pasar por la plaza, cuando empezó el ataque del ejército a los manifestantes”, explicó.


El matemático fue detenido y estuvo en prisión cerca de tres días, junto con más estudiantes que estaban en la plaza de las Tres Culturas.


“El ambiente dentro (de la prisión) no era malo, era un ambiente agradable, porque había mucho universitario, estaba encerrado, pero podías platicar de cosas de físicos, o matemáticos. A mí lo que me daba cosa era salir porque pensaba que estaba más seguro dentro”, relató.


Tras salir de prisión, el doctor regresó a Atlixco, su lugar natal, y esperó a que se calmaran las aguas para poder volver a la Ciudad de México.


“Venían las olimpiadas, parecía muy tranquilo porque siempre había mucho movimiento, pero empezó la olimpiada y el clima cambió”, recordó.


Previo a la matanza del 2 de octubre, Jesús, quien tenía 25 años cuando se registró el movimiento estudiantil, afirmó que en todo el país se estaba dando a conocer la inconformidad de los jóvenes y las autoridades no hicieron nada por calmarlo.


“Yo soy matemático, había un coloquio de matemáticas en Oaxtepec, empezó el conflicto, una trivialidad entre preparatorias y una vocacional. Lo que se pedía era justicia, que se castigara la agresión que sufrieron los muchachos, pero todo fue creciendo en lugar de que lo pararan”, apuntó.

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