Por Mario Galeana
El arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, fue llamado “protector de pederastas” en una ceremonia de festejo por sus 50 años dedicados al servicio sacerdotal, llevada a cabo en la ciudad de Tehuacán.
A la llegada de Rivera Carrera, la activista Inti Naxihelli Barrios Hernández mostró una hoja en la que escribió: “protector de pederastas” en protesta por el respaldo que el clérigo otorgó al sacerdote Nicolás Aguilar, sobre quien pesa una cascada de acusaciones de abuso sexual de menores originarios de la ciudad.

CORTESÍA SANDRA VAC
La activista también criticó que durante su paso por Tehuacán como obispo, de 1985 a 1995, Norberto Rivera ordenó la clausura del Seminario Regional del Sureste (Seresure), donde los seminaristas ejercían la Teología de la Liberación, una corriente que considera que el Evangelio exige la opción preferencial por los pobres.
En 1990, relató la activista, el cardenal ordenó el cierre del Seresure por considerarlo un “semillero de comunistas”. En respuesta, los seminaristas realizaron una protesta y clausura de la Catedral de Tehuacán, que culminó cuando Rivera Carrera ordenó el regreso de los jóvenes a sus comunidades.
La ceremonia por los 50 años de servicio sacerdotal del arzobispo primado de México se llevó a cabo en el Seminario Menor el viernes, pero la convocatoria del festejo no superó los 150 asistentes, de acuerdo con medios regionales.
En su mensaje durante la misa, Rivera reconoció que a lo largo de su carrera cometió errores de los cuales, dijo, se siente arrepentido.
Al término de la celebración, el arzobispo primado negó haber otorgado apoyo a clérigos acusados de pederastia, y aseguró que ha dado parte de las denuncias por abuso sexual de menores de las que tuvo conocimiento.
“La pederastia no puede ser aceptada por la Iglesia, ni en la iglesia, ni en nuestras escuelas o en nuestros colegios. Ni en el mismo recinto sagrado se puede aceptar un colaborador que abuse de un niño”, dijo en respuesta por el cartel con el que se le señaló de ser “protector de pederastas”.
El expediente del cura Nicolás Aguilar es emblemático en las denuncias por pederastia que pesan sobre el clero.
Desde la década de los 70, Aguilar fue señalado por abuso sexual de menores y, en respuesta, Rivera Carrera lo relevó hacia la Diócesis de Los Ángeles, California, donde de nuevo se presentaron denuncias en su contra.
En la ciudad estadunidense, en una estancia de 10 meses, acumuló 26 denuncias por abuso sexual; 25 eran monaguillos mientras que la otra víctima se preparaba para el sacerdocio.
Cifras del Comité de Derechos del Niño de las Naciones Unidas contabilizan al menos 120 casos.
A la fecha, se desconoce el paradero del cura.
