El gigante petrolero Repsol congeló todos sus proyectos de inversión en hidrógeno verde en España debido a un “entorno regulatorio desfavorable” derivado de la intención del gobierno español de hacer permanente un impuesto sobre los grupos energéticos, según la compañía.

“Todas nuestras inversiones previstas en hidrógeno renovable en España están congeladas”, indicó un portavoz del grupo, precisando que había tres proyectos afectados: uno de 100 megavatios (MW) en Bilbao (norte), otro de 100 MW en Cartagena (sureste) y un último de 150 MW en Tarragona (noreste).

La compañía tomó la decisión debido a un “entorno regulatorio desfavorable”, principalmente por “el anuncio del gobierno de hacer permanente el impuesto sobre las ganancias extraordinarias de las compañías energéticas”, que inicialmente iba a ser temporal, añadió. “El actual ambiente regulatorio no es propicio para inversiones de largo plazo en transición energética industrial”, agrega el grupo.

El gobierno que preside el socialista Pedro Sánchez instauró a comienzos de 2023 un impuesto excepcional sobre los beneficios de los grandes grupos energéticos y financieros, para compensar las medidas de apoyo puestas en marcha en los últimos meses para luchar contra la escalada de la inflación.

Esta medida iba a durar inicialmente dos años, hasta final de 2024, pero Sánchez se comprometió a tratar de hacerla permanente como parte del acuerdo de gobierno firmado hace un año con el partido de extrema izquierda Sumar, que podría concretarse dentro de los presupuestos de 2025.

Esta decisión suscitó intensas críticas de los grupos afectados, empezando por el gigante petrolero y del gas Repsol, que advirtió de que podría reducir sus inversiones en el país, al considerar que el impuesto “castiga a las empresas” que “invierten en activos industriales” y “generan empleo”.

Repsol comenzó en los últimos años un giro estratégico para alejarse del modelo de todo petróleo.

El grupo prevé invertir entre 16 mil y 19 mil millones de euros de aquí a 2027, de los que casi el 60% son en proyectos en la península ibérica.

La decisión del grupo podría comprometer las ambiciones de España, que pretende convertirse en un líder mundial del hidrógeno verde -que se produce utilizando electricidad de origen renovable y no de combustibles fósiles-, gracias a sus numerosos parques solares y eólicos.

El hidrógeno, sobre el que muchos países pretenden apoyarse para descarbonizar sus economías, puede sustituir al carbón en las industrias que necesitan mucho calor, como la siderurgia.

También puede servir para fabricar fertilizantes o para hacer funcionar autobuses, trenes e incluso aviones.

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