La gran mayoría de las provincias de Cuba recuperaron el servicio eléctrico este viernes, dos días después de que el huracán Rafael azotara el oeste del país dejándolo a oscuras, sin reportes de pérdidas humanas, pero con cuantiosos daños materiales, informaron las autoridades.

El gobierno anunció el viernes que trece de las quince provincias del país habían sido “interconectadas” al sistema eléctrico nacional, a excepción de las provincias occidentales de Artemisa, la más afectada por Rafael, y Pinar del Río.

“Se trabaja en las provincias occidentales en celaje de circuitos, levantamiento de postes y tendido eléctrico”, dijo la presidencia en X.

Los técnicos de la compañía eléctrica trabajaban a marchas forzadas para levantar postes y reponer cables y transformadores dañados en La Habana y las provincias vecinas de Artemisa, Mayabeque y Pinar del Río.

En La Habana, donde viven dos millones de personas, un 17% de la población contaba con luz. Gran parte de los habitantes de la capital continúa sin suministro eléctrico, muchos incluso sin gas ni agua.

En la urbe, donde seguían las labores de limpieza de árboles y escombros, se registraron 461 derrumbes totales o parciales por la caída de techos y muros, que implican pérdidas “millonarias”, precisaron autoridades locales.

El ciclón  arrasó con tejados y casas completas en pueblos costeros. Dejó anegadas amplias áreas de Artemisa, causando daños a cultivos de productos agrícolas que consume la capital.

Rafael atravesó el miércoles la isla de sur a norte con fuertes vientos de hasta 185 km/h durante más de dos horas, antes de entrar en el Golfo de México, donde se convirtió en tormenta, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.

Los violentos vientos provocaron el colapso del sistema eléctrico de la isla, incluso antes de que Rafael tocara tierra.

Rafael golpeó Cuba sólo dos semanas después de la llegada del mortal huracán Oscar, en el este de la isla durante un apagón anterior. Cuba ya había sufrido en 2022 otro corte de luz generalizado.

La embajada de Rusia anunció el viernes, durante una visita a La Habana del viceprimer ministro ruso Dmitri Chernyshenko, que Moscú envió 80.000 toneladas de diésel y equipos por 62 millones de dólares para ayudar a Cuba a enfrentar la escasez energética.

Con recurrentes apagones, la isla ha sufrido en los últimos dos años la caída de sus importaciones de crudo desde Venezuela, su principal aliado. Parte de sus equipos de generación de electricidad requieren de ese combustible para operar.

Mientras que sus centrales termoeléctricas, que funcionan con petróleo doméstico, fallan con frecuencia por el estado ruinoso en que se encuentran, algunas con una antigüedad de hasta 40 años.

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