Por Mario Galeana

Hasta hace seis años, sólo dos células de la delincuencia organizada disputaban entre sí las recompensas por el oro negro “perdido” de Petróleos Mexicanos (Pemex).

El robo en ductos petroleros se liaba apenas en tres municipios: Acatzingo, Quecholac y Palmar de Bravo, apunta el diputado por el distrito de Tecamachalco, Carlos Ignacio Mier Bañuelos.

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Pero, con los años, hubo escisiones, disputas internas y, como esporas, el número de células organizadas se multiplicó siete veces.

“Yo te puedo decir que antes eran dos o tres bandas, y hoy ya son muchísimas. Eran, digamos, dos células grandes que controlaban Acatzingo, Quecholac y Palmar de Bravo,y esas células se dividieron”, narra desde los pasillos del Congreso local.foto6

Así, los encargados del trasiego de combustible o de la vigilancia se convirtieron, en seis años, en jefes de sus propias células criminales, explica.

“Los que antes eran encargados de algún área en específico, ahora ya tienen su propia banda. Los que eran aliados, ya son enemigos. Y todos se andan matando (entre sí)”, detalla.

El resultado es abrumador: “seguramente, ahora, hay más de 15 bandas que operan desde Esperanza hasta San Matías Tlalancaleca”, sostiene Mier Bañuelos.

Así, las reyertas entre las bandas delictivas  han convertido al cinturón de robo de hidrocarburos en la entidad, compuesto por al menos 21 municipios, en un semillero de asesinatos y robo de combustible.

En el municipio de Tecamachalco, ejemplificó el diputado perredista, cada semana se registra el robo de al menos 15 automóviles que, a su parecer, son vendidos a las células criminales para el traslado del combustible robado.

“¡Hubo un día en que se robaron 11 autos! Son, generalmente, camionetas de batea que se roban para dárselas a los mafiosos, a los huachicoleros, para que estos trasladen el combustible robado”, asevera.

El diputado no descartó que, ante la incidencia delictiva en el cinturón de robo de hidrocarburos y pese a ser un delito de corte federal, el Congreso local pueda solicitar la comparecencia del secretario de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida.

“Yo creo que sí, sí podría invitar al secretario para que compareciera, pero lo más importante es ponernos de acuerdo los tres órdenes de gobierno para ver qué es lo que podemos hacer”, sostiene.

El año pasado, Pemex perdió alrededor de 3 millones 367 mil pesos al día por la operación de las bandas dedicadas al robo de hidrocarburos en el estado.

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