La escalada de violencia entre Israel y Hezbolá alcanzó un nuevo nivel, cuando al menos 250 proyectiles fueron disparados desde el Líbano hacia territorio israelí, mientras las fuerzas israelíes bombardearon los suburbios del sur de Beirut y combatieron intensamente en la frontera sur libanesa.
Hezbolá confirmó haber atacado con drones y misiles el sur de Israel y Tel Aviv, en respuesta a los bombardeos que sacudieron el corazón de Beirut. Según el ejército israelí, los ataques afectaron a 11 personas, mientras que un misil hirió a 13 palestinos en Cisjordania ocupada.
En Beirut, la Agencia Nacional de Noticias reportó bombardeos israelíes en áreas urbanas del sur de la ciudad, donde se destruyeron 12 centros de mando de Hezbolá, según declaraciones militares israelíes. La organización chiita afirmó haber destruido seis tanques Merkava israelíes en el sur libanés.
Ante la creciente crisis, Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, pidió un “alto el fuego inmediato” y la aplicación de la resolución 1701 de la ONU, que prevé la retirada de Hezbolá e Israel de la frontera sur. Borrell enfatizó la urgencia de restaurar la estabilidad, ofreciendo 200 millones de euros al ejército libanés para respaldar la propuesta de tregua planteada por EU.
El conflicto, iniciado hace más de un año, ha provocado tres mil 754 muertes en el Líbano y 129 bajas israelíes en 13 meses. La ONU estima que los desplazamientos superan las 60 mil personas en el norte de Israel, mientras que Gaza enfrenta su propio drama humanitario.
En paralelo, Israel continúa su ofensiva, con al menos 11 palestinos muertos ayer. La guerra contra Hamás ha dejado más de 44 mil 211 muertos en el enclave.