Testimonio. Una joven narra los momentos en los que pensó que moriría a manos de su expareja
Una jóven de 27 años que prefirió mantenerse en anonimato, sufrió violencia psicológica y física desde el noviazgo, pero cuando la relación avanzó, también vivió violencia económica.
“Un día llegó todo borracho, rebotando en las paredes, se acostó en el piso a dormir, yo ya le había dicho que tenía que trabajar al otro día. Pero me desperté, lo intenté levantar pero no me lo aguanté y me fui a dormir. Me despertó reclamando a gritos que porque no lo cuidaba”, relató la víctima
Su pareja estaba inmerso en el alcoholismo. Ella perdió oportunidades laborales por este tipo de situaciones que se volvieron constantes. Pasaba el tiempo y creía que su pareja cambiaría pero no fue así, ya que durante su embarazo tuvo que trabajar para sacar a su hijo adelante.
“Todo lo que ya había construido yo solita, quedó atrás. Yo decía, ‘ya perdí un trabajo, estoy embarazada de este hombre que acabo de conocer ¿Cómo se lo voy a decir a mi mamá?’ Yo quería abortar a mi bebé, pensé que sería lo más fácil”, reconoció en entrevista con 24 HORAS.
Él le dio su palabra, le dijo que estaría con ella durante el embarazo, después del parto y en el futuro. Finalmente, la joven decidió tener a su bebé, pues nunca estuvo segura de querer interrumpir la gestación.
A pesar de que anímicamente estaba mal, él la obligaba a trabajar porque le decía que no tenía dinero y que con su sueldo sería imposible pagar un parto.
“Nunca cambió en realidad. La violencia psicológica nunca paraba, igual que el maltrato emocional y verbal. Embarazada sientes más todo, yo estaba muy deprimida y triste, tanto que tuve una amenazaba de aborto”, lamentó.
Un día se despertó y al entrar al baño se dio cuenta de que había mucha sangre, estaba con sus abuelos y les dijo: “¿Saben qué abues? Estoy sangrando mucho”.
“Yo estaba llorando desgarrada, ha sido de las cosas más horribles. Yo pensaba que ya no tenía a mi bebé, pensé que se había ido a la taza del baño o que si estaba adentro de mi aun ya no estaba vivo”, recordó.
Después de una ecografía y algunas pastillas, el doctor pudo escuchar el corazón del bebé: “Después de este susto, yo bloqueé al papá de mi hijo por todos lados y le dije que jamás lo iba a perdonar”.
Sin embargo, lo perdonó. A los siete meses y medio de embarazo, él rentó un departamento y se fueron a vivir juntos para formar una familia: “Para mi era algo bonito, me ilusionaba muchísimo que estuviéramos los tres, como iba a estar nuestro hijo y nuestro hogar”.
Una noche, ella decidió irse a dormir porque quería descansar, pero él se mantenía insistente en hablar. Minutos más tarde, tomó su coche y se fue, cuando regresó a casa, la levantó de la cama con fuerza y comenzó a gritarle.
“Me empezó a gritar que yo era una pendeja, que arruine su vida porque él quería seguir viajando, me corrió de la casa, eran las 3 de la mañana y yo le dije: ‘si me voy, pero no ahorita’”, narró.
Cuando intentó marcarle a su mamá, él le quitó su celular: “Me fui llorando a la cama pero él me agarró con mucha fuerza de los cachetes y me azotó contra el colchón, puso su frente contra mi frente y me comenzó a gritar, ni siquiera recuerdo que me estaba gritando, yo solo recuerdo que pensaba: ‘por favor Dios que no le pase nada a mi hijo, cuida a mi hijo’”.
Minutos después, ella logró escribirle a su mamá: “SOS, me pegó, por favor ven por mi”. Él se empezó a golpear, fue a la cocina y agarró un cuchillo. Ella pensó que en ese momento su vida y la de su hijo habían terminado.
“Yo dije, aquí quede, van a encontrar mi cuerpo, mi bebé se va a morir conmigo, nos van a encontrar ahí, él se va a fugar y yo no me despedí de mi mamá”.
La joven escuchó la voz de su hermano cuando llegó por ella. Al intentar sacarla del departamento, terminó golpeado por su excuñado.
Días más tarde, la mamá de la víctima gestionó una orden de restricción para evitar que él se acercara a ella; ante esto, el agresor huyó del país, no sin antes dejarle un mensaje: “Voy a juntar dinero y te mando lo del parto”, pero nunca volvió.
“Él nunca hizo nada por ver a mi hijo, pagar una consulta médica o preguntar cómo está y así es hasta la fecha. Intenté denunciar pero él me amenazó y a mi familia”, finalizó.