El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, rechazó de manera categórica las recientes declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenazó con recuperar el control del Canal de Panamá. Las afirmaciones de Trump, publicadas a través de su plataforma Truth Social, generaron tensiones diplomáticas entre ambos países y pusieron en duda la relación futura sobre el paso interoceánico.
Trump calificó las tarifas del canal de “ridículas” y expresó su preocupación por la creciente influencia de China en el área, lo que, según él, compromete los intereses comerciales y de seguridad de su país. El expresidente electo también afirmó que el Canal debía ser administrado únicamente por Panamá y no por ninguna otra potencia, advirtiendo que, si no se garantizaba una operación segura, demandaría la devolución del canal a los Estados Unidos.
En respuesta, Mulino rechazó las palabras de Trump a través de un video publicado en su cuenta de X (anteriormente Twitter). “El canal no tiene control directo o indirecto de ninguna potencia. Como panameño, rechazo cualquier manifestación que tergiverse esta realidad”, dijo el mandatario panameño, quien también exigió respeto hacia la soberanía panameña. Mulino reafirmó que “cada metro cuadrado del canal y sus zonas adyacentes es de Panamá y lo seguirá siendo”.
El Canal de Panamá, completado por Estados Unidos en 1914 y devuelto a Panamá en 1999 a través del Tratado Torrijos-Carter, es uno de los pasos más importantes para el comercio internacional, permitiendo la conexión entre los océanos Atlántico y Pacífico. Mulino enfatizó que su país continuará asegurando una operación eficiente y confiable del canal.
El expresidente panameño Martín Torrijos también se pronunció en contra de las declaraciones de Trump, calificándolas como “una ofensa”. Por su parte, Mulino expresó su disposición para mantener una relación “buena y respetuosa” con el futuro gobierno estadounidense, subrayando la importancia de la cooperación en temas de migración y narcotráfico.
Las palabras de Trump generaron inquietud sobre posibles repercusiones diplomáticas y económicas, y revivieron el debate sobre el control y la administración del canal. Como destacó Mulino, “la soberanía e independencia de nuestro país no son negociables”.