Por VICTORIA HERNÁNDEZ [email protected]

Junio fue el mes más lluvioso de las últimas décadas en Bélgica. La precipitación alcanzó un récord de 174.6 mm, algo que no se veía desde 1839. Cabe recalcar que el promedio de precipitación de los meses de junio es de 72 mm por lo que el ambiente fue extremadamente húmedo y gris.

La vida veraniega en Bélgica es fenomenal y como era de esperarse la gente ya estaba cansada de que el verano no fuera un verano legítimo. Milagrosamente, la semana pasada la temperatura comenzó a subir, y el fin de semana llegamos a los 25 grados centígrados, que es algo así como la aparición del mismísimo Tonatiuh.

El estilo de vida de la gente cambia radicalmente, tan pronto se aparece el sol la gente comienza a usar lentes oscuros, bermudas y sandalias. El verano es sinónimo de comer al aire libre y de ver el atardecer a las 10 de la noche.

Ya han sido inauguradas las playas artificiales de Bruselas al lado del río y cuentan con arena, sillas de playa y un área para jugar vóleibol. Por otro lado de la ciudad ya han sido abiertos e instalados los bares veraniegos en terrazas y azoteas exóticas, este concepto de establecimientos pop-up existe debido a que después de seis semanas se verán obligados a cerrar por el regreso del mal clima, por lo cual se montan en lugares de moda y son tan exitosos que hasta hay que hacer fila para ingresar.

El transporte público ha disminuido su frecuencia, ya que son vacaciones y los niños y estudiantes no necesitan ser transportados a ningún lado porque se encuentran en sus jardines disfrutando cada segundo del corto verano. Por las tardes se escucha pasar al camión de los helados por la calle y se ve a la gente andando en bicicleta, ya que por primera vez en meses se puede utilizar como medio de recreación y no de transporte.

Los bosques y parques han puesto a su disposición la renta de kayaks y lanchas para poder disfrutar de los lagos y ríos del país.

Bélgica es también famoso por sus festivales de música, como Tomorrowland, pero también existen los más pequeños de géneros que van desde rock hasta jazz, y por lo general hay uno cada fin de semana. Si las condiciones son favorables, el festival será todo un éxito ya que cualquier excusa es buena para disfrutar del buen clima al aire libre.

La gente aprecia cada minuto de los rayos de sol y de la buena vida, y cómo no lo van a hacer, si saben que cuenta con fecha de expiración y pronto al único que verán será a Tláloc.

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