En el último año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el presupuesto de salud en México sufrió un recorte de más de 11 mil millones de pesos, afectando programas esenciales como la vacunación infantil, el combate al VIH y el cáncer de mama.
El Centro Nacional de Salud de la Infancia y la Adolescencia fue el más afectado, con una reducción del 64%, pasando de 14 mil a solo 5 mil millones de pesos. Mientras tanto, el Centro Nacional para la Prevención del VIH (Censida) perdió el 10.5% de su presupuesto, lo que impactará en el acceso a antirretrovirales y programas de prevención.
En contraste, las megaobras del sexenio recibieron incrementos millonarios. El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec gastó 80% más de lo aprobado, mientras que el Tren Maya pasó de un presupuesto de 866 millones a 115 mil millones de pesos.
Este desbalance ha generado críticas por la falta de inversión en salud pública, mientras los recursos se destinan a infraestructura.