De 2018 a 2023, en el estado de Puebla se encontraron 40 entierros clandestinos en las que se localizaron 41 cuerpos, según datos de la Plataforma Ciudadana de Fosas, respaldada por las organizaciones Article 19, Data Cívica, Human Rights Data Analysis y Fondo Canadá, así como la Universidad Iberoamericana.
De acuerdo con la estadística, cuyos datos se extrajeron de la Fiscalía General del Estado (FGE), Fiscalía General de la República (FGR) y reportes en medios de comunicación, de los 41 cadáveres hallados, 10 pertenecían a hombres, mientras que el resto permanece sin reconocimiento.
Durante el mismo periodo de tiempo, también se documentaron 88 restos óseos hallados en el mismo número de fosas, de los cuales, 55 pertenecían a mujeres, uno a un varón y 32 a personas aún sin identificar por el Servicio Médico Forense.
HUEJOTZINGO ENCABEZA LISTA
De acuerdo con la Plataforma Ciudadana de Fosas, el municipio de Huejotzingo encabeza la lista de las demarcaciones en las que se han encontrado más cadáveres enterrados, seguido por la capital del estado, Quecholac, Tlachichuca y Tulcingo de Valle. Además, en este listado se encuentran los municipios de Palmar de Bravo, Tecamachalco, Amozoc y Chalchicomula de Sesma.
Los datos concluyen que los hallazgos de entierros clandestinos se han incrementado desde el año 2007 a nivel nacional, como resultado a la crisis de violencia y derechos humanos perpetuada en México, se indica en la página de internet de dicha organización civil.
TEUCHITLÁN DISPARA BÚSQUEDAS
Por su parte, María Luisa Núñez Barojas, líder del colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, dijo a 24 HORAS que, durante el mes de abril, esta agrupación realizará una jornada de localización de víctimas, en compañía de la Comisión Estatal de Búsqueda del Gobierno de Puebla.
Las alertas sobre el delito de desaparición forzada se activaron en el estado y el país, después de la ubicación del llamado “campo de exterminio” de Teuchitlán, Jalisco.
“Nosotras buscamos por todos lados, siento el dolor de esas familias con toda mi alma, mi cuerpo y corazón, no me imagino lo que deben sentir las madres o padres de quienes se encontraban en el Rancho Izaguirre”, recalcó la activista.