¿Cómo nos movemos? En Puebla, 1.5 millones de personas generan 3.5 millones de viajes diarios en 620 mil autos particulares y 6 mil vehículos de transporte público. Estos son los desplazamientos hoy:
Por Mario Galeana / @MarioG24H
Hoy, en ciudades con altos índices de motorización, como Puebla, donde por cada cinco habitantes existe un automóvil, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Transportes y Movilidad (AMTM), la pregunta que activistas, organizaciones y gobiernos se realizan es la siguiente: ¿existe vida sin automóvil? La respuesta es sí.
Sí, siempre y cuando a los habitantes de las grandes urbes se les conceda un abanico de posibilidades distintas al vehículo motorizado para poder trasladarse de un punto a otro.
El reto es grande: uno de cada cinco viajes motorizados que se realizan en la zona metropolitana de Puebla cada día proviene de automóviles particulares, de acuerdo con información de la AMTM.
Para Anuar Musalem Valencia, subdirector de la delegación en Puebla de este organismo, las opciones para disminuir el uso del automóvil deben ser accesibles al sistema económico y social del usuario.
¿Cómo hacer eso?
–Musalem Valencia cuestiona y responde en automático–. Con sistemas de transporte masivo de calidad, eficientes y con los estándares necesarios para la población que deseas atender. No hay más.
Cambio de pensamiento
Siempre y cuando –una vez desarrollados los modos de transporte alternos al automóvil motorizado– la población adquiera la suficiente “conciencia sobre educación vial” y racionalice “el uso desmedido del vehículo particular como medio principal de traslado”, apunta la asociación integrada por arquitectos, ingenieros, abogados y transportistas en su estudio Políticas para Sesincentivar el Uso del Automóvil, un Día sin Auto.
“Existen dos tipos de políticas públicas de seguridad vial –enumera Musalem Valencia con los dedos–, las activas y las pasivas”.
La primera de ellas se refiere a medidas físicamente tangibles o coercitivas. Un tope o medidas ambientales, como el llamado Hoy no circula, son ejemplos de este tipo de políticas activas.
Pero, para el especialista, las políticas activas no son suficientes para motivar un cambio de conciencia entre los usuarios y, por ello, se inclina más por las políticas del segundo tipo, las pasivas, donde se difunde y se publicitan medidas que concientizan a la gente, modelo de ideologización mucho más alto en el cual se incluye a la ciudadanía dentro de las políticas públicas.
Día Mundial sin Automóvil
Entre las políticas públicas viales de tipo pasivo figura, por ejemplo, el Día Mundial sin Automóvil, el cual se celebra el 22 de septiembre con el firme propósito de desincentivar el uso del vehículo particular.
En Bogotá, Colombia, una ciudad con características semejantes a las de la capital poblana, el Día Mundial sin Automóvil es un día de fiesta. “Todos los actores se suman, desde la iniciativa privada hasta el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y las universidades”, indica Anuar Musalem.
No por algo el director del metrobús de la Ciudad de México, Guillermo Calderón Aguilera, quedó maravillado con el sistema de transporte de Bogotá, “Desde que lo vi pensé: ‘esto es lo que funciona, esto es lo que necesitamos”, declaró al diario El País en una entrevista publicada en agosto pasado.
¿Qué se ha hecho en Puebla?
El subdirector de la delegación en Puebla de la AMTM asegura que “por primera vez en la historia” del estado se desarrollan políticas públicas para el transporte no motorizado, aunque de forma aislada.
“La ciclopista de vía Atlixcáyotl es un ejercicio excelente, pero aislado; es sólo una medida segregada y recreativa que no conduce a ningún punto. Pero ya es un primer paso que logrará cambiar el paradigma de movilidad de muchas personas en Puebla. El segundo paso es que todas las medidas se complementen en un plan rector que solucione las necesidades reales de traslado”, concluye Anuar Musalem.
