Miles de personas asistieron al primer Ángelus del Papa León XIV, celebrado en Castel Gandolfo, reactivando una tradición papal interrumpida durante el pontificado de Francisco.

Frente al Palacio Apostólico, el Papa fue recibido con entusiasmo por fieles y turistas, agradeciendo con un mensaje de paz: “Les agradezco su cálida bienvenida”.

Este sitio emblemático, a 30 kilómetros de Roma, había sido abandonado como residencia papal, convirtiéndose en museo durante el mandato de su predecesor.

León XIV, el primer papa peruano-estadounidense, llegó el pasado 6 de julio para descansar dos semanas junto al lago Albano.

A pesar de la lluvia, los asistentes llenaron las calles, emocionados por presenciar el regreso del líder católico a la residencia veraniega.

El cardenal Robert Francis Prevost presidió la misa en la iglesia de Santo Tomás de Villanueva antes del Ángelus, entre vítores de los asistentes.

En su mensaje, el Papa pidió “orar por la paz y por quienes sufren a causa de la guerra”, reforzando su postura solidaria con las víctimas de conflictos.

El Palacio Apostólico fue construido en el siglo XVII y sirvió como residencia de verano de los papas hasta 1870, cuando cayó el Estado Pontificio.

Desde los Pactos de Letrán de 1929, el sitio pasó a ser propiedad oficial de la Iglesia Católica y está bajo resguardo del Vaticano.

Esta celebración marca un retorno simbólico a la tradición y fortalece el vínculo del nuevo pontífice con la comunidad católica global.

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