Ozzy Osbourne, ícono indiscutible del heavy metal y figura irreverente del espectáculo mundial, falleció esta mañana a los 76 años en su residencia, acompañado por su familia. Así lo confirmó un comunicado oficial, que no precisó las causas del deceso, aunque el músico enfrentó serios problemas de salud durante más de una década.
Su muerte ocurre apenas tres semanas después del histórico concierto de despedida “Back to the Beginning”, realizado en Villa Park, Birmingham, donde compartió escenario con sus antiguos compañeros de Black Sabbath, banda que definió los sonidos más oscuros del rock.
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Nacido como John Michael Osbourne, Ozzy creció entre privaciones en un barrio obrero, vivencias que marcaron el tono industrial y sombrío de su música. Junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, dio forma a un estilo crudo que revolucionó el rock británico con discos como Paranoid y Master of Reality, piedras angulares del metal.
En 1979, su adicción a las drogas lo llevó a ser despedido de la banda. Sin embargo, su carrera en solitario fue igual de influyente. Su disco Blizzard of Ozz alcanzó cinco discos de platino en Estados Unidos, y su vida privada se volvió de interés global tras protagonizar el reality The Osbournes.
Polémico y transgresor, Osbourne fue conocido tanto por su música como por sus excesos. En 1982, mordió la cabeza de un murciélago muerto durante un concierto, acción que lo llevó al hospital. Años después, confesó un intento de homicidio contra su esposa Sharon, a quien casi estrangula en un episodio derivado del abuso de sustancias.
Pese a todo, su figura logró reinventarse. Participó en duetos con artistas como Post Malone, Elton John y su hija Kelly, con quien logró un éxito número uno en el Reino Unido. Su vida estuvo marcada por fracturas, cirugías, párkinson y caídas que, sin embargo, no apagaron su energía en el escenario.
En su último show, sentado en un trono con forma de murciélago, Ozzy pronunció: “¡Soy Iron Man: volveos locos!”. Fue una despedida digna de una leyenda, rodeado de íconos como Metallica y Guns N’ Roses, que cerraron el telón de una vida tan desgarradora como influyente.
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