Donald Trump alcanzó un acuerdo comercial con Japón, fijando un arancel del 15% sobre productos automotrices, lo que representa una reducción frente al 25% inicialmente amenazado.

Sin embargo, la decisión generó críticas en la industria automotriz estadounidense, que considera injusto favorecer a Japón mientras se mantienen tarifas elevadas para México y Canadá, socios del T-MEC.

Industria automotriz califica el pacto como “mal acuerdo”

Matt Blunt, director del Consejo de Política Automotriz Estadounidense (AAPC), señaló que las empresas han organizado sus cadenas de suministro bajo el T-MEC, por lo que un trato preferencial a Japón “es negativo para el sector”.

El acuerdo entre Washington y Tokio beneficia a fabricantes japoneses, sin requerir contenido estadounidense, mientras que vehículos producidos en Norteamérica continúan enfrentando tarifas más altas.

Pausa arancelaria con China en negociación

La Casa Blanca también busca extender por tres meses la tregua arancelaria con China, para avanzar en un acuerdo bilateral. Actualmente, los aranceles son del 10% para productos estadounidenses y 30% para productos chinos, sumados a gravámenes previos.

Esta posible extensión beneficiaría indirectamente a México y otros países en la mira de nuevas tarifas.

Presión sobre otros mercados

Paralelamente, la administración Trump mantiene conversaciones con Corea del Sur y Alemania, naciones sujetas al arancel del 25% para autos extranjeros. El flujo de importaciones incluye vehículos de Kia, Hyundai y modelos de General Motors fabricados en Asia.

Con estas medidas, la guerra comercial vuelve a reconfigurarse, impactando cadenas de valor en América del Norte y Asia.

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