Los chiles en nogada, orgullo gastronómico poblano y platillo emblema de las fiestas patrias, se han convertido en un verdadero “termómetro económico” este 2025. Prepararlos o consumirlos refleja la presión de la inflación, la dependencia de importaciones y el desafío de los restaurantes para absorber alzas sin ahuyentar clientes.

De acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), este año el costo del platillo subió hasta 15% respecto a 2024, lo que impacta tanto al gasto familiar como a la competitividad de la industria restaurantera.

Los insumos clave marcan la diferencia: la granada roja pasó de 63.2 a 79 pesos por kilo (+26%); la carne de res de 121 a 133 pesos (+9.5%); y la nuez de castilla se disparó de 700 a 1,000 pesos (+42%). En contraste, el chile poblano bajó de 74.7 a 65 pesos.

El resultado: en 2024 un chile en nogada costaba entre 170 y 200 pesos; hoy, los más económicos rondan entre 200 y 230 pesos, mientras en restaurantes de alta cocina alcanzan los 650 pesos por pieza.

El impacto es claro: una familia de cuatro integrantes puede gastar más de 2,000 pesos en restaurante, frente a 920 pesos al prepararlos en casa.

Conchita Narváez, chef con seis años de experiencia en esta receta, compartió que su inversión pasó de 8,000 a 11,000 pesos en insumos. “Sube todo, pero hay que buscar cómo darle al cliente un producto accesible y de calidad”, afirmó. Este año ha preparado 400 piezas a 320 pesos cada una.

Aun con el golpe al bolsillo, los chiles en nogada siguen siendo un motor turístico y económico, pues festivales en CDMX y Estado de México confirman que la demanda sigue fuerte. Sin embargo, degustar este platillo ya no es solo tradición, sino un auténtico lujo de septiembre.

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