El álbum Timelezz de Jhayco, lanzado en plena pandemia, consolidó su sonido futurista con colaboraciones destacadas y una narrativa que fusionó lo introspectivo, nocturno y gótico.

A cuatro años de distancia, el disco marcó la estética del reguetón experimental. Su lanzamiento en 2021 coincidió con la adaptación de la industria musical a estrenos digitales, ausencia de giras y público en confinamiento.

El álbum surgió como un manifiesto: oscuro, futurista y personal, evitando los clichés del género urbano y explorando atmósferas sensoriales, introspectivas y narrativas más profundas.

Timelezz reunió colaboraciones que reflejaron el respeto hacia Jhayco. Kendo Kaponi aportó fuerza lírica en Ropa Interior, Anuel AA su energía en Ley Seca, y Tainy cimentó el sonido con su complejidad rítmica.

Una colaboración inesperada fue con Skrillex, quien llevó el reguetón a terrenos electrónicos poco explorados, expandiendo la propuesta hacia un público global y afianzando la experimentación musical del álbum.

El disco destacó también por su estética visual y conceptual. La portada, con tonos sombríos y futuristas, reflejaba introspección, mientras los videoclips mostraban escenarios urbanos distorsionados, luces de neón y tránsito constante entre lo real y digital.

Narrativamente, Jhayco exploró lo íntimo y vulnerable sin perder la crudeza del reguetón. Los temas abordaron deseo, soledad y la obsesión por el tiempo, capturando la incertidumbre de la pandemia.

A cuatro años, Timelezz mantiene vigencia gracias a millones de reproducciones y consolidó a Jhayco como uno de los artistas más visionarios de la nueva generación urbana.

El álbum también inspiró proyectos futuros como DATA de Tainy y contiene colaboraciones con Buscabulla, consolidando su influencia en la música latina experimental reciente.

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