Lyle y Erik Menéndez, condenados por el asesinato de sus padres en Beverly Hills, perdieron su solicitud de un nuevo juicio, informó un juez de Los Ángeles.
El fallo del juez William C. Ryan representa un nuevo revés a la campaña mediática de los hermanos, quienes también buscaron libertad condicional en agosto, sin éxito.
Los Menéndez argumentaron que nueva evidencia sobre el supuesto abuso sexual que sufrieron de su padre ameritaba reabrir el caso. Sin embargo, la corte no consideró la evidencia suficiente.
El juez señaló que los hallazgos previos demostraron que los hermanos planearon y ejecutaron el asesinato de su padre, José Menéndez, y su madre, Kitty Menéndez, en 1989, con escopetas.
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Los fiscales sostuvieron que el crimen fue un intento de apropiarse de la fortuna familiar, mientras Lyle y Erik alegaron haber actuado tras años de abuso sexual y psicológico.
La nueva evidencia presentada incluyó una carta escrita por Erik Menéndez a su primo y el testimonio de Roy Roselló, exmiembro de Menudo, acusando al padre de abuso sexual.
El juez determinó que esta evidencia no prueba que los hermanos actuaron en defensa propia, ni que hayan sufrido temor de peligro inminente, por lo que no justifica un nuevo juicio.
Lyle, de 57 años, y Erik, de 54, pueden apelar la decisión. También podrán solicitar libertad condicional dentro de tres años, gracias a la reducción de sus sentencias de prisión perpetua a 50 años.
La única alternativa para su liberación anticipada sería que el gobernador de California, Gavin Newsom, conceda clemencia a los hermanos, algo que hasta ahora no ha ocurrido.

