La producción de basura electrónica o e-waste en México ha aumentado significativamente, y la obsolescencia programada es señalada como uno de sus principales factores, según la UNAM y la Profeco.

La obsolescencia programada consiste en fabricar productos con vida útil limitada, obligando a las personas a reemplazarlos rápidamente. Los dispositivos electrónicos y electrodomésticos son los más afectados.

Existen diversos tipos de obsolescencia programada: física, con materiales frágiles; estética, cuando el diseño queda anticuado; funcional, por incompatibilidad tecnológica; indirecta, por falta de refacciones; y percibida, por presión social o marketing.

Esta práctica genera explotación excesiva de recursos naturales no renovables y aumenta la demanda de nuevos productos, agravando la generación de basura electrónica. México se ubica entre los principales generadores de e-waste en América Latina.

Para combatir este problema, la Profeco sugiere alternativas de consumo más responsable: comprar solo lo necesario y apoyar la reparación de dispositivos antes de reemplazarlos.

Además, se recomienda adquirir productos duraderos, de buena calidad y con compromiso de sostenibilidad, así como optar por productos reacondicionados que extienden la vida útil de los dispositivos.

El reciclaje y la donación de equipos electrónicos también son opciones viables, al igual que la venta de segunda mano si los dispositivos aún funcionan.

Finalmente, la Profeco señala que la reducción de la basura electrónica requiere un enfoque multidimensional que involucre a fabricantes y consumidores, promoviendo prácticas sostenibles, economía circular y diseño de productos duraderos.

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