Los simulacros que son planeados y que alertan a la población son poco eficientes, ya que la gente no actúa de la misma forma que en una emergencia.

Eliezer Roldán Pérez, especialista en Protección Civil, afirmó que se deberían hacer simulacros sorpresivos para que la gente actúe lo más apegado a una contingencia.

Resaltó que se podría notificar con un sonido diferente al de una alarma sísmica real o bien dar a la población el aviso de que se realizará un simulacro en un periodo determinado.

“Los simulacros planeados no sirven porque todo mundo actúa diferente. En las corporaciones, por ejemplo, ves el escenario, lo practicas, preparas el tema, pero cuando pasa un siniestro no se hacen los protocolos adecuados.

La población está acostumbrada a correr por su vida y en los simulacros salen ordenados y con calma. Por eso no sirven, porque se deben enfrentar a un escenario más realista”, explicó.

Roldán Pérez aseguró que lo ideal sería hacer campañas durante todo el año en mercados, escuelas, hospitales y colonias sobre cómo actuar ante un sismo, así como campañas informativas que fortalezcan la Protección Civil.

Afirmó que las familias deberían generar su propio plan de actuación en caso de un movimiento telúrico, definiendo un punto de encuentro en la ciudad o bien áreas seguras en el hogar.

“Hay que hacer pláticas familiares y acordar: en caso de que pase algo nos reunimos en un punto, si pasa en casa, salimos y tenemos cosas a la mano. Es importante para evitar el caos”, dijo.

El especialista aseguró que tras los sismos también incrementan los accidentes viales, ya que la gente tiene prisa por reunirse con sus seres queridos.

“Deben decirles a sus hijos dónde quedarse si los sacan de la escuela, que no se muevan hasta que lleguen por ellos porque en un siniestro todo mundo corre y eso provoca choques, atropellamientos y caos en la ciudad”, subrayó.

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