El arribo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, este viernes a la Asamblea General de la ONU, generó una fuerte división en el recinto: mientras un sector de delegados abandonó la sala en protesta, otros aplaudieron y lanzaron gritos de apoyo. La transmisión oficial mostró cómo los escaños se iban vaciando, pese a los llamados de la presidencia de la Asamblea para mantener el orden.
Netanyahu presentó nuevamente el polémico mapa titulado “The Curse”, donde resaltó en rojo a Irán, Siria e Irak, presumiendo supuestas victorias estratégicas de Israel en ataques militares contra dichos países. En su intervención, exigió que se reimpongan las sanciones contra Irán y aseguró que Israel “terminará el trabajo” contra Hamás “lo antes posible”.
El discurso fue retransmitido en Gaza a través de altavoces, lo que causó gran polémica. El mandatario pidió a Hamás deponer las armas y rechazó las acusaciones internacionales de genocidio en Gaza, asegurando que son “mentiras antisemitas”. Además, calificó a la Autoridad Palestina de “corrupta hasta la médula” y advirtió que reconocer un Estado palestino sería un “suicidio nacional” para Israel.
El discurso ocurrió mientras la Defensa Civil de Gaza reportaba la muerte de 22 personas tras nuevos bombardeos israelíes, cifra que se suma a los más de 65 mil fallecidos desde el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2023.

