La sostenibilidad de las finanzas públicas mexicanas enfrenta un nuevo reto: el crecimiento acelerado del gasto en pensiones no contributivas, advirtió Moody’s Ratings. La calificadora internacional alertó que programas como Mujeres Bienestar, dirigido a mujeres de entre 60 y 64 años, incrementarán de forma considerable el gasto social, generando presiones que obligarían a una reforma estructural en pensiones en el mediano plazo.
Durante el foro Inside LatAm: México 2025, Renzo Merino, vicepresidente de riesgo soberano de Moody’s, señaló que este tipo de apoyos representan un gasto “rígido”, difícil de recortar cuando se requieren recursos en otras áreas prioritarias.
“El envejecimiento de la población ampliará el número de beneficiarios y, con ello, el gasto seguirá creciendo”, puntualizó.
Aunque el Gobierno federal ha impulsado medidas para fortalecer la recaudación rumbo al presupuesto 2026, Moody’s subrayó que estas acciones no son suficientes ni permanentes para garantizar ingresos a largo plazo.
El gasto público, apuntó Merino, se ha concentrado en transferencias sociales y pensiones, lo que compromete el espacio fiscal para inversión productiva. Con una base laboral reducida para sostener estos esquemas, el riesgo es que el gasto social limite el crecimiento económico.
Ante este panorama, Moody’s insistió en que México deberá abrir nuevamente el debate sobre una reforma de pensiones, capaz de equilibrar las obligaciones financieras con el impulso a la productividad y el desarrollo económico.

