El piloto británico Lewis Hamilton se mostró profundamente conmovido tras la muerte de su perro Roscoe, a quien despidió el pasado domingo luego de complicaciones por una neumonía. El siete veces campeón de Fórmula 1 confesó que fue la decisión más dura de su vida y agradeció la ola de mensajes recibidos de parte de fanáticos, pilotos y escuderías: “Ha sido abrumador ver cuánto ha tocado la vida de otros”, declaró en el circuito de Marina Bay, previo al Gran Premio de Singapur.
Roscoe, un bulldog inglés de 12 años, fue adoptado por Hamilton en 2013 y se convirtió en un ícono dentro del paddock al acompañar al piloto en entrenamientos, conferencias y eventos oficiales de la F1. Su presencia era tan habitual que incluso llegó a ser fotografiado en más de una ocasión como “el miembro extra” de Mercedes.
El británico reveló que incluso llegó a ausentarse de una sesión de pruebas en Italia para permanecer junto a su mascota en sus últimos días. “Él era lo más importante de mi vida”, confesó entre lágrimas.
Con este adiós, Hamilton no solo mostró su lado más humano, sino también la estrecha conexión emocional que tenía con su fiel compañero. En redes sociales, miles de aficionados se sumaron con mensajes de apoyo, convirtiendo a Roscoe en tendencia mundial y reafirmando el vínculo que el deporte motor crea más allá de las pistas.

