Un bebé perdió la vida en la clínica Nueva Esperanza, ubicada en la colonia Guadalupe Hidalgo, al sur de la ciudad de Puebla, la madrugada del jueves 2 de octubre. Sus familiares denunciaron una presunta negligencia médica y solicitaron la intervención de la Fiscalía General del Estado (FGE) para esclarecer lo sucedido.
De acuerdo con el testimonio de la tía de la madre, trabajadores del nosocomio intentaron presionar a la familia para firmar un acta de defunción en la que se asentaba que el menor había fallecido en su domicilio por “muerte de cuna”. La familia se negó, señalando que el deceso ocurrió dentro de la clínica.
Según relataron, el parto transcurrió con normalidad, pero el pequeño presentó complicaciones una hora después. Fue colocado en lo que describieron como una “incubadora improvisada”, en realidad una cama. Denunciaron además que la pediatra nunca acudió a revisarlo y que cuando el bebé entró en paro, el personal solo pidió a los familiares que buscaran una ambulancia.
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La familia aseguró que el niño tenía un drenaje de gastrocólico y que el personal lo colocó en una bolsa de basura improvisada con un guante de látex. Posteriormente, médicos privados confirmaron que el bebé había muerto media hora antes de que la clínica notificara el deceso.
Los denunciantes también acusaron que la administradora intentó entregar el cuerpo sin documentos oficiales, presionando a la madre para que se llevara al recién nacido sin papeles.
Ante la negativa de apoyo en otras dependencias, los familiares acudieron a los medios de comunicación. Fue hasta la mañana del viernes 3 de octubre que personal ministerial acudió al lugar.
La FGE de Puebla ya tomó conocimiento del caso y se espera que especialistas realicen la necropsia para determinar si se trató de una muerte natural o de negligencia médica, lo que podría derivar en responsabilidades legales contra la clínica Nueva Esperanza.

