Activistas internacionales deportados por Israel tras la interceptación militar de la Global Sumud Flotilla, con destino a Gaza, denunciaron haber sido víctimas de violencia y “tratados como animales”.
La flotilla, interceptada a pocas millas de llegar a Gaza, fue detenida bajo el bloqueo naval impuesto por Israel. Más de 400 personas fueron arrestadas y las primeras deportaciones comenzaron el viernes.
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El sábado, 137 activistas de 13 países llegaron a Estambul, entre ellos el político italiano Paolo Romano, quien relató que durante su arresto los obligaron a arrodillarse y los golpeaban si se movían.
Romano denunció además insultos y amenazas con armas, describiendo el trato recibido como “nos trataron como animales”, en declaraciones realizadas en el aeropuerto de Estambul, Turquía.
El periodista turco Ersin Çelik aseguró que la activista sueca Greta Thunberg fue obligada a besar la bandera israelí y arrastrada por el suelo tras ser jalada del cabello por militares.
La activista malaya Iylia Balais, de 28 años, calificó la interceptación como “la peor experiencia”. Denunció que fueron esposados, obligados a permanecer en el suelo y se les negó agua y medicamentos.
El gobierno turco calificó el operativo como “acto de terrorismo” e inició una investigación. El ministro de Exteriores, Hakan Fidan, elogió a los activistas por “dar voz a la conciencia humana”.
Israel confirmó el 2 de octubre de 2025 que deportará a los activistas pro-palestinos, indicando que ningún buque logró romper el bloqueo marítimo frente a Gaza.

