ROCÍO GARCÍA OLMEDO

Muchos hombres y muchas mujeres han construido nuestro país. Lo hemos aprendido desde las aulas escolares. Mucho ha sido motivo de revisiones históricas. Lo recordamos en cada fecha, desde la época previa a la llegada de la Independencia, la Revolución, la Reforma. 

Durante todas estas etapas hay claroscuros que hemos podido conocer sobre la actuación de las personas consideradas como personajes históricos.  

Para entender las circunstancias que llevaron a hacer lo que hicieron, aplica en lo que menciona Úrsula Camba Ludlow: “La historia no se trata de hablar sólo de aquello que nos agrada o que aprobamos, sino de explicar cómo sucedieron las cosas y, para ello, necesitamos las piezas del rompecabezas”.

Desmantelar las bases de un “régimen presidencialista autoritario, abusivo y patrimonialista, exigiendo participación, democratización, pluralidad, respeto a la ley”, fue un manifiesto del movimiento de 1968, recientemente recordado. 

Hoy pareciera que hacemos una lectura paralela, con un régimen que se plantea diferente, pero que construye un presidencialismo monolítico y un partido único.

Esos claroscuros ahora los vemos cotidianamente mostrados por los hombres y las mujeres que hoy ostentan el ejercicio de poder, por más que la presidenta Claudia Sheinbaum coloca en sus narrativas a la justa medianía, el combate a la impunidad, a la corrupción y el abuso de poder; sus correligionarios de partido, senadores, diputados y funcionarios, se han convertido en impresentables. ¿Y la corrupción y la impunidad que se iba a combatir?

Así llega la presidenta Sheinbaum al evento masivo en la plaza pública convocado para escuchar su mensaje con motivo del primer año de su Gobierno. Mensaje que reflejó obviamente los logros y nuevamente los claroscuros aparecen.

Destaca por supuesto los programas sociales que se han incrementado; pero se deja de atender las causas estructurales que presenta el ciclo de la pobreza para avanzar realmente en el logro de una vida digna para las familias mexicanas beneficiarias.

Se aplaude el respaldo de becas, pensando en la importancia de que más jóvenes, hombres y mujeres tengan acceso a la educación y se pueda abatir con ello la tasa de abandono escolar, porque datos oficiales señalan que tan solo en el ciclo escolar 2024-2025, casi un millón de estudiantes dejaron las aulas.

Se celebra el combate a la inseguridad y el hacer frente a la delincuencia organizada; pero el número de asesinatos y desapariciones sigue en aumento. Se habla reiteradamente de apoyos y protección para las mujeres, pero 11 mujeres diariamente son asesinadas ¿cómo entender entonces esta crisis que sigue al alza?

Leí recientemente que se han detenido a 30 mil delincuentes pero, me pregunto, ¿en qué cárceles están tantas personas? Tal vez ahí está el por qué del incremento del delito de extorsión.

Se plantea el esfuerzo por reconstruir un sistema de salud de calidad y de acceso a servicios para todos, pero al mismo tiempo su financiamiento es insuficiente; incluso para el 2026 se reduce y con ello difícilmente se logrará combatir el acceso desigual a servicios y la falta de medicamentos, un problema que no termina.

Se plantea que las reformas aprobadas en diversas materias traerán beneficios al pueblo; pero mucho de lo planteado violenta la progresividad de derechos.

Claroscuros convertidos en desafíos que la presidenta deberá enfrentar, tanto los externos como los internos, que incluso han generado señalamientos de colusión criminal a personajes de su propio partido político.

El tiempo corre para el registro histórico de su actuación que permitirá entender esta nueva etapa propuesta por su Gobierno, pero cuenta con el respaldo y todavía el tiempo para lograr erradicar esos claroscuros.  

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