Durante el ciclo escolar 2024-2025, se registraron más de 6 800 prohibiciones de libros en 87 distritos escolares de 23 estados de Estados Unidos, informó PEN America.
El reporte Banned in the USA revela que cada veto corresponde a una acción individual. Un mismo título puede prohibirse en múltiples escuelas, lo que amplifica la magnitud del fenómeno.
En total, 3 752 obras únicas fueron afectadas. La mayoría aborda temas de identidad sexual, racismo, violencia o diversidad cultural. Autores como Stephen King, Sarah J. Maas y Jodi Picoult destacan entre los más censurados.
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Más del 80 % de las prohibiciones ocurrió en Florida, Texas y Tennessee, estados gobernados por el Partido Republicano. Grupos conservadores impulsan medidas para restringir contenidos considerados “inapropiados” en aulas y bibliotecas.
La ola coincide con la agenda cultural de Donald Trump, centrada en “proteger valores tradicionales” y denunciar el supuesto “adoctrinamiento progresista” en las escuelas.
Kasey Meehan, directora de Freedom to Read, advirtió que las presiones de censura “se han expandido y normalizado”, generando autocensura entre docentes y administradores escolares.
El informe alerta que muchas instituciones retiran títulos preventivamente, por temor a sanciones. Desde 2021, se han documentado 22 810 prohibiciones en 45 estados, fenómeno que recuerda al Miedo Rojo.
Entre las obras más censuradas figuran clásicos y contemporáneos: La naranja mecánica, Sin aliento, Vendida, Última noche en el Telegraph Club, Crank, Para siempre…, Las ventajas de ser un marginado, Wicked y All Boys Aren’t Blue.
PEN America advierte que esta tendencia erosiona derechos protegidos por la Primera Enmienda, al restringir el acceso de estudiantes a obras literarias diversas.

