Su hija Mari tenía su casa al pie de un bordo en Capultitla, en Tlaola, la cual quedó totalmente sepultada tras el desgajamiento del cerro
Por: Redacción
La familia de Gabriela Moreno Velázquez es una de las 500 refugiadas tras los estragos que la tormenta tropical Earl causó en los municipios de la Sierra Norte de Puebla.
Su hija Mari tenía su vivienda al pie de un bordo en la comunidad de Capultitla, en el municipio de Tlaola, la cual quedó totalmente sepultada tras el desgajamiento del cerro. Lo perdió todo: su propiedad, sus muebles, su ropa…
“Mi hijo que se había ido a tocar me pasó a preguntar, como a la una de la mañana, que si Mari, mi hija, estaba aquí conmigo. Le dije que no y me dijo: ‘pues su casa la tapó el bordo, no está’”, recuerda.
Para su suerte, relata Gabriela Moreno, horas antes de que la casa fuera borrada por la tierra, Mari había salido junto con sus hijos a una fiesta a casa de su comadre, lo que evitó que quedaran atrapados bajo la tierra.
“Gracias a Dios que se fue y no estuvo aquí, porque si no ¿se imagina?, sus niños y ella no estuvieran ya”, expresa la habitante del municipio devastado por la tormenta tropical.
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Video: José Castañares / Agencia EsImagen