La tensión entre las principales potencias, China y Estados Unidos, se reavivó este fin de semana tras un intercambio de declaraciones y medidas comerciales recientes.
Pekín limitó el jueves pasado la exportación de tierras raras, indispensables para baterías eléctricas, autos, teléfonos, pantallas y equipos de nueva generación, afectando cadenas de suministro globales.
En respuesta, Donald Trump impuso aranceles del 100% a productos chinos, mientras China advirtió que estaba lista para tomar represalias contundentes y proteger sus derechos e intereses legítimos.
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Tras la reacción, Trump publicó un mensaje conciliador en redes sociales, asegurando que busca ayudar a China antes que perjudicarla, buscando calmar a los mercados bursátiles y reducir la incertidumbre económica.
Un portavoz del Ministerio de Comercio chino declaró que las amenazas de aranceles “no son la manera correcta de relacionarse con China”, reiterando que no buscan la guerra comercial, pero no le temen.
La medida arancelaria estadounidense llegó tras la restricción de exportaciones de tierras raras. China advirtió que tomará acciones firmes si EU continúa por un camino equivocado en el comercio internacional.
Trump intentó suavizar la situación con una propuesta conciliadora, diciendo que Estados Unidos no quiere una depresión económica y busca apoyar a China, mencionando incluso al presidente Xi Jinping.
Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico de Banco Base, indicó que Trump probablemente no aumentará los aranceles por ahora, debido a la firme respuesta china y al tono conciliador de sus mensajes recientes.

