El príncipe Andrew, hijo de la fallecida reina Isabel II, renunció oficialmente a su título real este viernes, tras años de controversias ligadas a su amistad con Jeffrey Epstein, el financiero estadounidense condenado por delitos sexuales.

En un comunicado, el hermano del rey Carlos III declaró que, tras una conversación con su familia, decidió dar prioridad al deber hacia su país y su familia.
“Las acusaciones constantes hacia mí perjudican el trabajo de Su Majestad y de la Familia Real”, expresó el príncipe británico.

La decisión marca el fin definitivo del “duque de York”, un título que mantuvo por décadas, pero que perdió con efecto inmediato debido a los señalamientos que mancharon su imagen pública.

Andrew, de 65 años, ya se había retirado de la vida pública en 2019, tras una desastrosa entrevista televisiva en la que no mostró arrepentimiento ni empatía hacia las víctimas de Epstein.

Las revelaciones sobre su relación con el magnate se reavivaron con la próxima publicación de un libro póstumo de Virginia Giuffre, quien relató los encuentros que mantuvo con Andrew cuando tenía solo 17 años. Giuffre, quien se quitó la vida en abril, había demandado al príncipe en 2021, caso que se resolvió con un acuerdo millonario extrajudicial.

Aunque Andrew pierde el título de duque, conservará el de príncipe por ser hijo de la reina Isabel II. La monarquía británica busca con esta medida marcar distancia definitiva de uno de los capítulos más oscuros que han golpeado su imagen en los últimos años.

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