México está a punto de convertirse en el tercer mayor exportador mundial de dispositivos médicos, con una participación del 8.66% en el mercado internacional, según el BID.
Este avance posiciona al país entre los cinco líderes globales en un sector que genera miles de empleos especializados, particularmente en ingeniería biomédica e innovación tecnológica.
Carlos Salazar, presidente de la Anaps, destacó que México alberga a 9 de las 10 principales empresas del sector y 13 de las 15 líderes mundiales operan en territorio nacional.
La ubicación estratégica, el T-MEC y la cercanía con Estados Unidos, de quien México es el principal proveedor, explican este crecimiento sin precedentes.
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En 2024, el país recibió 678 millones de dólares en inversión extranjera directa sólo para dispositivos médicos, equivalente al 1% del PIB nacional.
Salazar propuso crear una Cámara Nacional de Dispositivos Médicos, para mejorar la coordinación, acceso a datos estratégicos y consolidar la cadena de valor nacional.
Actualmente, el 60% de la producción se concentra en Tijuana, uno de los clústeres industriales más fuertes del país.
Pese al éxito, hay retos logísticos. La fabricación de dispositivos no puede acelerarse, ya que requiere hasta 60 días, y las aduanas presentan retrasos de hasta dos meses.
El desabasto de insumos y tiempos cortos en licitaciones oficiales han complicado la entrega oportuna de materiales al sector salud.
Sin embargo, los incentivos fiscales como la deducibilidad del 100% del ISR para nuevas inversiones buscan impulsar aún más la industria médica nacional.

