Por Mario Galeana
Sucede que aquí nada sucede sino la lluvia. La lluvia y Earl. Hasta ahora, la tormenta tropical ha arrebatado la vida de 32 personas identificadas, y la cifra aumenta conforme los equipos de búsqueda continúan su labor en los municipios de Huauchinango y Tlaola.
Pero ¿era, acaso, prevenible la tragedia? Quizá sí. Cuatro días antes de las lluvias torrenciales registradas en la Sierra Norte, el Sistema Metereológico Nacional (SMN) pronosticó la llegada de “tormentas fuertes” en Puebla, pero éstas fueron cinco veces más intensas que lo previsto por el órgano de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La precipitación de la madrugada del domingo pasado en la región de Huauchinango fue de 265 milímetros (mm), aunque el 3 de agosto pasado el SMN había advertido que sería, cuando mucho, de 50 mm.
“Dos canales de baja presión se mantendrán en el interior del país y el sureste mexicano, lo que generará lluvias fuertes (de 25 a 50 mm) con tormentas muy fuertes (de 50 a 75 mm) en Veracruz; lluvias (de 5.1 a 25 mm) con tormentas fuertes (de 25 a 50 mm) en Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Guerrero, Oaxaca, Estado de México, Ciudad de México y Puebla”, indicó el comunicado de prensa de la Conagua.
De hecho, el pronóstico de la Comisión era más devastador para los estados de Campeche, Quintana Roo y Chiapas, para ellos el sistema metereológico anticipó “tormentas intensas” de 50 a 150 mm: significativamente menores a la lluvia registrada en Huauchinango, donde el volumen de agua que cayó en una sola noche representa, en total, al acumulado de un mes de precipitaciones.
Ni Campeche ni Quintana Roo ni Chiapas registraron víctimas mortales ante la llegada de la tormenta tropical Earl. Pero en Puebla y Veracruz la suerte fue completamente distinta.
El sábado, horas antes del impacto sin miramientos de Earl contra la Sierra Norte. El SMN emitió un último comunicado donde advirtió sobre “nubosidad densa con potencial de tormentas fuertes” sobre Puebla y otros 12 estados del país.
“Earl se debilitará gradualmente pero sus desprendimientos nubosos propiciarán tormentas intensas, de 75 a 150 milímetros en regiones de Puebla, Veracruz, Oaxaca, Querétaro, Hidalgo y San Luis Potosí…”, indicó el boletín informativo de la Conagua.
Pero la lluvia de la madrugada del domingo rompió todos los pronósticos. Tomó a hombres, mujeres y niños en casas que, a la postre, resultaron completamente destruidas.
Los albergues temporales dispuestos en la región fueron habilitados hasta que la tormenta tropical Earl amainó.