Generación Z
La llamada Generación Z México parece haber decidido dar el salto del scroll al asfalto y anuncia que Puebla se unirá a su marcha del 15 de noviembre en varias capitales del país. Lo que comenzó como ruido en redes sociales se ha transformado en una forma de activismo que pretende evidenciar la crisis de representación política. Estos jóvenes, nacidos entre el cambio de siglo y el auge de las redes sociales, no cargan con los mitos ideológicos de generaciones anteriores. No se identifican con partidos ni con caudillos, sino con causas. Y en esa aparente dispersión radica su fuerza ya que, aparentemente, no necesitan estructuras verticales para coordinarse, porque la red misma se ha convertido en su plaza pública y su megáfono. Su hartazgo tiene raíces en la inseguridad, corrupción y la falta de oportunidades, así como la sensación de haber sido ignorados por un sistema político que sólo los invoca en discursos o campañas electorales. Frente a eso, su protesta es un reclamo de voz y de pertenencia. Sin embargo, el desafío para este movimiento será convertir su energía digital en incidencia real. Las redes sociales son eficaces para convocar, pero inestables para sostener causas de largo plazo. Si la Generación Z mexicana quiere trascender la etiqueta sociológica y volverse un actor político relevante, deberá transformar la viralidad en organización y el enojo en propuesta. ¿Será?
Riña juvenil
Una vez más, la avenida Juárez se convirtió en escenario de violencia y descontrol. La reciente riña entre jóvenes, ocurrida frente a los bares El Pre, Culitros y La Tritonería, refleja la falta de regulación efectiva en la zona y la ausencia de autoridad en los horarios más conflictivos ya que, a las 2:10 de la madrugada de este sábado, no se vio ni una sola patrulla de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. El problema, sin embargo, no es nuevo. Apenas en enero, en un operativo conjunto de los tres niveles de Gobierno fueron clausurados varios establecimientos por venta irregular de alcohol y posible tráfico de drogas. Aquella acción, que en su momento se presentó como una medida ejemplar, parece haber sido un golpe mediático sin continuidad. Los mismos bares implicados siguen funcionando y generando disturbios, lo que demuestra la facilidad con la que los intereses económicos doblegan a la autoridad. La Juárez, antaño símbolo de elegancia y vida nocturna, se ha transformado en un espacio de impunidad tolerada. ¿Será?
Vulnerables
El anuncio de la suspensión de clases en casi 15 mil escuelas por el Frente Frío número 13 demuestra, una vez más, la vulnerabilidad del estado ante los fenómenos meteorológicos. Cada temporada invernal se repite el mismo guión: Protección Civil emite recomendaciones y la SEP estatal cancela clases. Sin embargo, miles de escuelas continúan sin condiciones mínimas para enfrentar el frío: ventanas sin vidrios, techos precarios y ya ni pensar en sistemas de calefacción. Las clases a distancia tampoco son una solución, porque en regiones serranas o rurales, donde el internet es irregular, las actividades virtuales quedan en el discurso.El Frente Frío 13 pasará en unos días, pero el problema de fondo permanecerá: un sistema educativo que reacciona a las emergencias, pero no se prepara para ellas. ¿Será?

