El icónico pan de queso de Zacatlán fue oficialmente declarado Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Puebla, a través de un decreto firmado por el gobernador Alejandro Armenta Mier, que reconoce y protege los procesos artesanales de su preparación, preservando así una tradición centenaria que ha moldeado la identidad de la Sierra Norte.
El decreto, publicado en el Periódico Oficial del Estado, también otorga esta distinción al Colexo de Zinacatepec, un tradicional caldo de borrego con col, típico de celebraciones comunitarias, en las que las mujeres desempeñan un papel central en la transmisión de saberes gastronómicos.
Según el documento, la historia del pan de queso se remonta a más de cien años, cuando las panaderías “La Fama de Zacatlán” y “Panadería Vásquez” introdujeron una receta que, con el paso del tiempo, se convirtió en un emblema local. En los fríos días serranos, acompañar un café con este pan relleno de queso se transformó en un ritual cultural que une generaciones.
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La variedad artesanal de panes –almohadas, bicicletas, burras, cuelgas, cuernos, gusanos, japonesas, morelianas, muertos, picadas y roscas de Reyes– demuestra la riqueza panadera de la región, que ahora será resguardada mediante talleres, jornadas educativas y el registro histórico de las panaderías tradicionales.
El decreto también ordena la creación de un Consejo Consultivo de Panaderías Tradicionales, la instauración del “Día de las y los Panaderos” y la señalización de los establecimientos que mantienen las técnicas originales.
En el caso del Colexo de Zinacatepec, su declaratoria resalta la relevancia social y simbólica del platillo, en el que figuras como la colexera y la casera son piezas fundamentales. Su protección implicará programas de divulgación, promoción y registro supervisados por la Secretaría de Arte y Cultura.

