El nuevo ataque masivo sobre Kiev dejó cuatro muertos, 27 heridos y severas afectaciones a las redes de calefacción, agudizando la vulnerabilidad civil en pleno preludio del invierno europeo. El presidente Volodímir Zelenski confirmó que Rusia utilizó 430 drones y 18 misiles, acción que calificó como un “ataque deliberado” destinado a causar el máximo daño a la población y a la infraestructura estratégica.
La ofensiva alcanzó la mayoría de los distritos de la capital, donde se reportaron edificios residenciales destruidos, incendios y daños en sistemas ferroviarios, energéticos y zonas habitadas. Las autoridades ucranianas informaron que entre las víctimas se encuentran una mujer de la tercera edad, una embarazada y un niño de 10 años, mientras que al menos treinta complejos habitacionales registran daños.
El alcalde Vitali Klitschko aseguró que fue un ataque “masivo y coordinado”, que obligó a activar la defensa aérea de manera inmediata. Sectores como Desnianski quedaron sin calefacción por el daño a tuberías principales, y se prevén cortes de agua y electricidad, lo que agrava el panorama conforme se aproximan las bajas temperaturas.
Mientras tanto, Moscú afirmó que, en respuesta, fueron lanzados 200 drones ucranianos hacia su territorio, intensificando la tensión militar y profundizando una guerra que mantiene a la región en un constante estado de emergencia humanitaria.