Doce meses después del inicio de la crisis sanitaria por la plaga del gusano barrenador, los daños en la industria ganadera mexicana superan los 837 millones de dólares.

La decisión de Estados Unidos de cerrar la frontera a la exportación de ganado en pie entre enero y octubre provocó una caída del 79.7%, con 935 mil cabezas menos exportadas.

Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GMAC), cada cabeza afectada representa pérdidas de hasta 1,242 dólares, lo que impacta seriamente la liquidez del sector ganadero mexicano.

El volumen de ganado exportado se redujo a 238 mil cabezas, frente a 1.17 millones en 2024, afectando especialmente a pequeños y medianos ganaderos del norte y sureste del país.

El sureste mexicano, que aporta 45% del ganado para engorda, enfrenta restricciones severas de movilización, aumento de precios del ganado flaco y costos elevados de engorda y sacrificio.

El GMAC indicó que más de 327 mil toneladas de carne no se procesaron, provocando incrementos históricos en los precios del ganado y de la carne para consumidores.

México sigue siendo principal importador mundial de carne de cerdo y pollo, con un crecimiento en importaciones de 11.1% y 6.6%, respectivamente, mientras que las exportaciones caen de manera significativa.

La urgencia de reabrir exportaciones de ganado mexicano es crítica para recuperar competitividad, capacidad de procesamiento y mantener precios más estables en el mercado estadounidense.

“Para Estados Unidos, es más importante recuperar el flujo de ganado mexicano que ampliar cupos con Argentina”, concluyó Juan Carlos Anaya, director de GMAC.

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