En el marco del 25N, día dedicado a erradicar la violencia de género, en la Lonja Xavier Cacho de la Universidad Iberoamericana Puebla (Ibero) reinaba un silencio ceremonial, a pesar de la presencia de alumnas y académicas, principalmente, que exigieron justicia para las víctimas de feminicidio.

Este martes, un mural conmemorativo mostraba la frase “Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”. Con aquellas palabras, las participantes en la conmemoración mencionaron los nombres de las 32 mujeres y niñas asesinadas en Puebla en lo que va del 2025, según datos del Observatorio de Violencia de Género de la Ibero.

Para humanizar a quienes perdieron la vida, sus identidades fueron acompañadas con distintas frases como “Dejó a dos hijas en orfandad”, “Era muy alegre”, “Era una mujer trabajadora”, “Su color favorito era el rosa”, entre otras.

El ambiente se tornó más denso en el patio central del campus universitario cuando pronunciaron el nombre de Génesis, una menor asesinada por su vecino en Cuautlancingo, junto con el enunciado: “Estaba mudando dos dientes de leche”.

Tras esas palabras, se escucharon las voces de las acompañantes que gritaron “¡Ni una más!”, “¡Vivas nos queremos!”, consignas repetidas en la conmemoración que, sin embargo, no han logrado provocar un cambio profundo en Puebla, entidad que permanece en el tercer lugar nacional en feminicidios.

De la tristeza, alumnas y académicas pasaron a la resistencia cuando entonaron la “Canción sin miedo” de Vivir Quintana, himno emblemático del movimiento feminista. En ese instante, se empezaron a repartir girasoles amarillos, uno por cada mujer nombrada. Las flores circulaban como pequeñas luces en medio del duelo, como si los pétalos vibraran con la rabia femenina.

Después, un acto simbólico buscó deshacer los nudos de la violencia. Sobre un árbol amarraron listones morados y flores blancas; quienes se acercaban tomaban uno y lo desataban lentamente, como si ese gesto pudiera aflojar también aquellas ataduras que muchas mujeres cargan ante las distintas violencias.

Al finalizar, la comunidad de la Ibero se dirigió al mural de “Memoria, verdad y justicia”. Ahí colocaron velas frente a las imágenes de Paulina Camargo Limón y Karla López Albert, presuntamente asesinadas por sus parejas. Frases recordaban que la violencia feminicida es la última estocada de un sistema patriarcal que hiere mucho antes mediante el abuso sexual, violencia económica, patrimonial, desapariciones y explotación, formas de crueldad que, aun tipificadas, parecen ignoradas por el Estado, afirmaron las participantes.

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