Dos exmonjas españolas, conocidas por su ruptura con el Vaticano y su posterior excomunión en 2024, fueron detenidas en Burgos acusadas de vender irregularmente obras de arte sacro pertenecientes a la Iglesia. El Tribunal de Briviesca informó que ambas quedaron en libertad provisional, aunque siguen bajo investigación por apropiación indebida de bienes de interés cultural, delito que ha encendido las alarmas sobre la protección del patrimonio religioso en España.

Las exreligiosas, que continúan ocupando el convento de Santa Clara en Belorado, desacatando una orden judicial de desalojo, formarían parte —según informes revelados por El País— de una posible trama de comercialización ilícita de piezas históricas del recinto del siglo XV. Agentes de la Guardia Civil registraron el convento para determinar si las mujeres, vinculadas al movimiento sedevacantista, habrían sustraído y vendido arte sacro en el mercado clandestino.

El caso, que estalló en mayo de 2024 tras declararse en “rebeldía espiritual” y calificar al papa Francisco como un “usurpador”, mantiene en tensión a la comunidad local y al sector eclesiástico. Las monjas alegan que el convento es de su propiedad y que la disputa surgió por un conflicto inmobiliario con el Vaticano. Sin embargo, la investigación penal abre un nuevo capítulo en este escándalo religioso que sigue escalando y que podría revelar una red más amplia dedicada al tráfico de patrimonio cultural.

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