En el número 32-A de la calle Enrique Ibsen, nombrada así por el célebre dramaturgo noruego, se ubica un recinto íntimo y profundamente ligado al arte mexicano.
Este espacio, situado en el corazón de Polanco, destaca por su conexión cultural y su propuesta visual marcada por obras de gran relevancia histórica.
La Galería Lourdes Sosa resguarda una de las colecciones más importantes para la memoria de la pintura mexicana, convirtiéndose en un punto obligado para amantes del arte.
En sus muros cuelgan piezas de Rufino Tamayo, figura esencial del modernismo que continúa inspirando a generaciones por su lenguaje visual único.
También exhiben obras de José Luis Cuevas, reconocido por su estilo crítico y por su impacto en el movimiento de la Generación de la Ruptura.
La galería incluye trabajos de Arnaldo Coen, artista que ha marcado tendencias en la abstracción contemporánea con su paleta vibrante y su exploración espacial.
Otro referente presente es Francisco Toledo, creador oaxaqueño cuya visión transformó la forma de entender el arte y la identidad cultural en México.
El recorrido se completa con piezas de Manuel Felguérez, pionero del arte abstracto y uno de los mayores innovadores en la experimentación plástica.
Además de estas figuras fundamentales, la galería impulsa a talentos emergentes, brindando espacio a creadores como Jesús Lugo, cuyas obras destacan por su dimensión expresiva.
Asimismo, muestran trabajos de Cristina Kahlo, artista que desarrolla propuestas íntimas y conceptuales con fuerte presencia visual.
El talento joven se complementa con la obra de Vanessa García, enfocada en explorar nuevas formas narrativas dentro del arte contemporáneo.
Por último, el espacio difunde el trabajo de Erick Meyenberg, reconocido por su aproximación interdisciplinaria y sus instalaciones de alto impacto.

