El consumo privado en México se estancó en septiembre, sin mostrar variación mensual, de acuerdo con cifras desestacionalizadas del Inegi, reflejando un nulo impulso en bienes importados y un débil desempeño en servicios nacionales. En contraste, los bienes de origen nacional retrocedieron -0.1%, mientras que a tasa anual el indicador avanzó 2.1%, insuficiente para apuntalar la demanda interna.
En cifras originales, el consumo acumulado de enero a septiembre no registró cambios, producto de un ligero aumento en el consumo nacional (0.5%) que fue neutralizado por la caída en bienes importados (-1.8%), lo que confirma una desaceleración estructural del gasto de los hogares.
Para especialistas de Valmex, estos datos evidencian una debilidad creciente en la demanda interna, especialmente en segmentos como bienes semiduraderos e importados. “Esto refleja cautela del consumidor y una falta de impulso del gasto privado, limitando su aporte al crecimiento económico”, advirtió Gerónimo Ugarte, economista en Jefe.
La inversión fija bruta tampoco ofrece un mejor panorama: cayó -0.3% mensual en septiembre y -8.4% anual, arrastrada por retrocesos en la construcción (-10.2%), donde el rubro no residencial se desplomó -16.4% y el residencial -2.0%. El apartado de maquinaria y equipo mostró una contracción de -6.1%, afectado por disminuciones tanto en su componente nacional (-10.6%) como en el importado (-3.3%), con marcada debilidad en transporte.
Entre enero y septiembre, la inversión acumulada cayó -7.6%, con un desplome mayor en la pública (-20.2%) frente a la privada (-5.2%), lo que subraya una pérdida de dinamismo generalizada.
El panorama económico se define hoy por motores internos debilitados. Con un consumo privado que representa dos terceras partes del PIB, su estancamiento confirma un escenario de fragilidad, menor dinamismo y riesgos para el crecimiento en el corto y mediano plazo.

