Los deepfakes, videos y audios creados con inteligencia artificial (IA), se han convertido en una amenaza creciente en México, donde se utilizan para engañar a la población y promover inversiones falsas usando la imagen de figuras públicas. Este miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum alertó sobre la clonación de su voz e imagen en supuestos llamados a invertir en el gobierno o en Pemex, advirtiendo: “No hagan caso a ellos”.
Casos similares han involucrado la imagen del presidente de la Corte, Hugo Aguilar, así como de AMLO y Carlos Slim, revelando la expansión del fraude digital. La INTERPOL confirmó en su informe Más allá de las ilusiones que el uso de IA por el crimen organizado está ligado a fraudes financieros, suplantación de identidad y esquemas globales de inversión.
Expertos de Unit 42 de Palo Alto Networks detectaron campañas idénticas en países como Canadá, Francia, Italia y Turquía, lo que sugiere la presencia de una red criminal internacional y no simples estafadores locales. Su reporte advierte que cada página falsa es parte de “una campaña mucho más amplia”.
La especialista Claudia Del Pozo, directora de Eon Institute, señaló que cualquier persona puede hoy crear un fraude con IA, por lo que se requiere que el gobierno endurezca sanciones y que las plataformas limiten el uso del rostro de personalidades. Subrayó que estas prácticas no desaparecerán, por lo que la audiencia debe ser más crítica y los medios, más rigurosos al verificar contenidos.
En paralelo, el director de la Asociación Mexicana de Internet, Julio César Vega Gómez, afirmó que estas estafas no provienen de empresas tecnológicas, sino de grupos con fines criminales. Incluso el Senado envió un extrañamiento a Google México por permitir la difusión de deepfakes con la imagen de Sheinbaum.
La Condusef y la ADIP han emitido alertas para que la ciudadanía detecte señales de manipulación, como voces artificiales, iluminación irregular, píxeles borrosos y gestos poco naturales, e insista en denunciar cualquier intento de fraude ante la Policía Cibernética. La expansión de estos contenidos confirma que México enfrenta un desafío urgente: regular la IA y proteger a la población ante un delito que evoluciona más rápido que la ley.

