Crónica: El escape somos nosotros

Por Mario Galeana

Huauchinango.- Casi nunca hay escape. Adonde vayamos nos persigue lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos. Y ese es, a veces, en realidad, el único escape posible.

Lo fue, al menos, en la colonia La Joya. Mientras la tormenta tropical Earl borraba casas y recuerdos, mientras los aludes de tierra se lo tragaban todo, grupos de hombres y mujeres humildes unieron fuerzas para salvarse los unos a los otros.

El escape fueron ellos: lo que han sido: lo que son: lo que serán.

  • ••

“¿De qué manera te olvido? ¿De qué manera?”. La nieta de Filemón Martínez, Diana, cumplió dos años el sábado 6 de agosto. La lluvia y Earl cimbraban los techos de lámina de cartón en la colonia La Joya, pero el estribillo de una canción cantada por Vicente Fernández aún era audible en una radio de la que no quedaría nada horas más tarde.

De pronto, el estruendo: como la caída de un árbol inconmensurable que se quiebra en mitad del silencio. Los cerros en torno a la colonia comenzaron a desgajarse. La fiesta quedó vacía. Los hombres, aún con el sabor de la cerveza en la boca, salieron para salvar a Eugenia, su vecina, una mujer de 70 y tantos años quien, apenas dio un paso fuera de casa, se salvó de ser sepultada por el fango .

Otras seis de las 50 casas en la colonia quedarían igual: borradas de la faz de la tierra. Nadie murió aquella noche. El monte que cubrió la casa de Eugenia se extendió 10 metros a lo largo de la casa de Filemón. Sepultó gallinas, cerdos, perros y gatos. Sobre el patio, hasta hoy, se extiende el olor de la carne putrefacta de los animales.

“Ahí quedaron los animalitos, pues. Me duele, sí. Pero hay gente que se quedó sin nada. Yo perdí muchos animales, mucho dinero. Ya no sé quién me lo vaya a reponer. ¿La tierra? ¿La lluvia? ¿Quién?”.

  • ••

Enrique Peña Nieto y algunos de sus secretarios de Estado cruzan el cielo de Huauchinango en tres portentosos AgustaWestland AW109. Es el martes 9 de agosto.

No lo saben pero, desde abajo, en la colonia La Joya, una hilera de unos 30 hombres y mujeres mientan la madre a las aeronaves, mientras hacen fila para recibir un plato de sopa de jitomate que dos mujeres, hasta entonces desconocidas para ellos, les han llevado.

“Gente del mismo pueblo ha venido a repartir café, comida, pan, pañales, papel. ¿Ustedes creen que ha venido gente del DIF? ¿Soldados? ¡No! ¡Nadie ha venido! Tienen las despensas acumulándose, son montañas de cosas. Han de querer que se pudran ahí, o algo. Nosotros ya hemos solicitado víveres y cosas para limpiarnos, pero nada, no hacen nada”, reclama Fernando Ortega, vecino.FOTO

La Joya es una suerte de isla. Un río que nadie sabe cómo nombrar, pero que están seguros de que es un remanente del Hueyatlaxco, divide la zona en varios islotes. Un rústico sistema de tuberías dirigía su curso, hasta el paso de Earl.

“Yo vi en las noticias que Rosario Robles dijo que nosotros teníamos la culpa por construir en asentamientos urbanos”, dice Luis Hernández, otro vecino, “pero ¿sabe qué es la Sierra Norte? ¿No sabe que no hay un solo lugar plano en la Sierra? ¿No lo sabe?”.

Son las 10 de la mañana de un cálido miércoles 10 de agosto. En brigadas, hombres y mujeres intentan desazolvar las tuberías que daban curso al río que todo lo cruza en La Joya. Hay maquinaria del municipio ayudándolos.

Dos autos aparcan cerca de la brigada. Traen consigo café, café con leche y bolillos con frijoles y queso untados. Las tareas cesan el mismo tiempo que tardan engullendo el pan.

  • ••

Por donde se observe, uno debe ir reconstruyendo la vida. Ahí, la casa amarilla donde sobresale un sillón desvencijado, húmedo, era el hogar de Martha, la maestra con dos hijos que ahora está en un albergue.

Ahí, el montón de madera donde cuelgan pedazos de lámina de cartón como si de trapos húmedos se tratara, era la casa de don Fernando, el campesino que antes de salir tomó a su perro y lo apretó contra su pecho.

Ahí, donde no hay más que un par de manchas negruzcas y un pedazo de barda, era la casa de Guadalupe Morales Negrete, una mujer que, con la ayuda de sus vecinos, salvó a tres de sus hijas poco antes de que la corriente se llevara todo.

Casi nunca hay escape. Adonde vayamos nos persigue lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos. Y ese es, a veces, en realidad, el único escape posible.

En la colonia La Joya, el escape fueron sus hombres y mujeres. Su valor. Su fuerza.

 

 

Alertan por nivel de presa de Tenango de las Flores

Por Mario Galeana

Huauchinango.- La presa de Tenango de las Flores se encuentra al 90% de su capacidad, alertaron pobladores que temen un eventual desborde de agua en la región.

El nivel del agua en la presa que forma parte del complejo hidroeléctrico Necaxa ya se ha desbordado en zonas cercanas al mercado de la junta auxiliar de Tenango, por lo que incluso ha sido necesario el desalojo de algunos comerciantes.

Afirman habitantes que la presa está a 90% de su capacidad. AGENCIA ES IMAGEN
Afirman habitantes que la presa está a 90% de su capacidad.
AGENCIA ES IMAGEN

Sin embargo, algunos se resisten a dejar sus lugares de trabajo, pese a que parte del mercado ya presenta encharcamientos.

En entrevista, Febe Hidalgo, habitante de Tenango, alertó que aunque las autoridades de Protección Civil del municipio de Huauchinango han iniciado el desagüe de la presa, las lluvias que se han registrado durante los últimos días en la región mantienen su capacidad al límite.

“Nos han dicho que está en un 70%, pero no, cada vez que llueve sube a su límite otra vez. En los vertederos de la presa ya se está saliendo el agua”, alarmó.

A través de Twitter, el director de Protección Civil en el estado, Jesús Morales, indicó que las autoridades ya han tomado parte del estado en el que se encuentra la presa.

“Ya nos dijeron que lo están monitoreando, pero la verdad es que sí tenemos miedo. La presa está al límite”, indicó Febe Hidalgo.

Las lluvias provocadas por la tormenta tropical Earl han asolado la región de Huauchinango en los últimos días, lo que ha derivado en que el nivel de capacidad de la presa de Tenango se encuentre en los más altos niveles de capacidad.

En los últimos años, organizaciones de la sociedad civil y autoridades han alertado también que las presas de Tenango y Necaxa se han convertido en vertedero de aguas negras que provienen de la junta auxiliar de Papatlazolco y del municipio de Juan Galindo.

En octubre del año 1999, el dique del vaso de la presa de Tenango sufrió fisuras, por lo que estuvo muy cerca de reventar y vaciarse sobre las comunidades aledañas.FOTO2

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *